Sin blanca en París y Londres: la primera novela de George Orwell o su primera crítica social

Un hotel de lujo parecido a los hoteles en qué Orwell trabajó y describe en su libro Sin blanca en Paría y Londres
4.4
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Sin blanca en París y Londres… o cómo vivir en la indigencia, ha inspirado la obra de George Orwell. «Blanca» no tiene mayúscula en el título, pero al leerlo, lo asocié de manera casi inconsciente con el nombre de una mujer. Blanca, Blanche en francés, un nombre que me parece muy común en los años 30… Creo que me enteré muy tarde de que sin blanca probablemente significaba sin dinero.

Leí más de la mitad del libro esperando a que apareciera, o tal vez, mejor dicho, que desapareciera, una tal Blanca. Inconscientemente, sentía que no cuadraba esta interpretación, y se me pasó también por la cabeza que la «blanca» era cocaína. Pero no hay nada de drogas en este libro, para esto hay que leer a Huxley. Estás son las dificultades de leer en un idioma extranjero, y la pereza de comprobar el significado del título. Ahora ya las comprobé, la blanca era una moneda que se usaba durante la Edad Media, la expresión “estar sin blanca” es parecida a la que dice “no tener un duro”. El título en francés es parecido “Dans la dèche à Paris et à Londres”, expresión bastante coloquial… En ingles, “Down and Out in Paris and London”, no estoy segura si lo entiendo bien.

En realidad, esta falta de atención sobre el significado del título no ha impedido en absoluto la comprensión del relato, ya que el asunto es muy claro y repetitivo, ¡y habla exactamente y esencialmente de lo que predice el título! La historia suena muy autobiográfica, y esto no para de asombrarme, me ha sorprendido de principio a fin. No acabo de entender cómo alguien como Orwell, que ha podido estudiar, pueda llegar a tal situación, es decir, estar en la casi indigencia.

El original en inglés es Down and out in Paris and London, publicado en 1933.

La historia empieza en París, donde Orwell se queda sin trabajo, y se le acaba el dinero antes de encontrar otra ocupación. No es muy claro si ha estado buscando realmente otro trabajo, pero el hecho es que el dinero que le queda le alcanza apenas para pagar una habitación, y difícilmente para comer.  Empieza una narración detallada de la pobreza. La vergüenza, el hambre, la falta de energía. Aun así, cuando se le acaba por completo su dinero, Orwell se sorprende de no asustarse tanto como se lo había imaginado. Se sorprende ayunando y sobreviviendo. Se acuerda de un amigo que le podría ayudar, un ex-militar ruso, y después de varias aventuras, encuentran algo de trabajo en unos hoteles. Orwell describe entonces días de trabajo absurdos e inimaginables. Por lo menos come, pero ya casi no duerme, ni piensa.

Después de una temporada, se le ofrece un puesto en Inglaterra, y Orwell se marcha enseguida. Desafortunadamente se entera al llegar a Londres que el inicio de su empleo se ha retrasado en un mes. No osa pedir ayuda y recae en la pobreza, esta vez en Londres. La mayor diferencia con París es que está prohibido dormir afuera. Existen varios lugares para pasar la noche, desde baratos hasta gratuitos (solamente si la persona no tiene dinero, si no, puede acabar en la cárcel por infringir la ley). En estos establecimientos casi no se puede dormir, por culpa del frío, o de la proximidad de los otros en el dormitorio. Se come terriblemente mal, algo de pan con mantequilla. Generalmente estos lugares son muy sucios. Y para hacerlo más difícil para los pobres, está prohibido pasar dos noches en el mismo lugar gratuito, así que los que recurren a estos alojamientos vagabundean de un lado al otro.

Orwell describe la vida miserable de estos vagabundos, cansados, enfermos, desnutridos. Propone una solución que me gusta mucho: crear unos huertos en estos lugares donde los vagabundos puedan cultivar la tierra. Tendrían una actividad sana y además podrían cosechar el fruto de su trabajo y comer del huerto. Este tipo de soluciones sencillas que podrían mejorar el nivel de vida de la humanidad nunca parecen tomarse en cuenta en nuestra sociedad, nunca se aplican, no interesan… Sigue igual hoy en día, un desaprovecho completo.

Durante todo el relato Orwell da con muchos detalles el precio de cada cosa, en París en francos y en Londres en libras, chelines; explica cuánto cuesta una noche en alguna parte, una comida en otra, etc. La verdad es que son datos bastante interesantes, testimonios de la época – el libro se publicó en el 1933; los importes deben de ser muy bajos, pero no logro hacerles corresponder un importe en euro. Tal vez mejor no probarlo…

Orwell acaba el libro con algunas conclusiones sobre la vida en la calle, creo que las puedo compartir. “Mi historia termina aquí … Ahora creo que no he visto otra cosa que el límite de la pobreza“.

Y añade “Nunca volveré a pensar que los vagabundos son un atajo de borrachos, ni esperaré que ningún mendigo se sienta agradecido por haberle dado limosna, ni me sorprenderé que carezcan de energía los que no tienen trabajo, ni me suscribiré al Ejército de Salvación, ni empeñaré la ropa, ni rechazaré una octavilla, ni comeré en un restaurante elegante. Algo es algo.”

Parece que el libro sí es bastante autobiográfico; de lo que he podido leer, Orwell ha publicado este libro con otro nombre para que su familia no se enterara de su vagabundeo y de sus dificultades financieras… De aquí viene el nombre de autor de George Orwell, que se llamaba en realidad Eric Arthur Blair. No sabía que Orwell era un apellido de escritor, me parece interesante que otra de mis escritoras favoritas, George Sand, tenga también el nombre George como seudónimo.

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Autor: allrx

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3 opiniones en “Sin blanca en París y Londres: la primera novela de George Orwell o su primera crítica social”

  1. Eso es todo lo que has aprendido con la lectura de este libro? y te atreves a hacer una reseña que no deja de ser un resumen que solo descubre tus carencias -que son muchas- y desconocimiento de lo que es la vida de muchos millones de seres humanos.
    Te recomiendo que te dediques a la fotografia quizas en ese campo tengas mas posibles… !la literatura no es lo tuyo!

    1. Gracias por el comentario. Lo que dices es bastante cierto, la literatura no es lo mio, pero espero tener derecho a disfrutarla y intentar aprender algo de ella. En todo caso, menos mal no me dediqué a la fotografía, sería mucho peor 😉 Personalmente intento respetar a cualquier persona que lo merezca, pobre, rica o ermitaña; desconozco la vida de la mayoría de la gente en este planeta, y no creo ser una persona indiferente a las desigualdades de nuestra sociedad.

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