Este resumen sobre la Ilíada describe los acontecimientos principales de cada uno de los 24 cantos que la componen. Esta importante obra atribuida a Homero, central en la mitología griega, narra el enfrentamiento entre los aqueos, provenientes de lo que tiempo después sería la Grecia clásica, y los teucros o troyanos, defendiendo su ciudad amurallada, Troya. Los teucros estaban acompañados por los licios y los dárdanos. Dice Héctor: “Troyanos, licios, dárdanos que cuerpo a cuerpo combatís” (2021: 178). A continuación un resumen, canto a canto, de la Ilíada, un poema fundacional de la tradición literaria europea:
(Si en lugar del resumen quieres leer algo más detallado y crítico, también hemos publicado un análisis de la Ilíada en el cual hablamos sobre el concepto de Honor en la antiguedad, la cultura material, los epítetos y otros aspectos)
Canto I: Peste. Cólera
Apolo desata una peste entre los aqueos por la ofensa que Agamenón ha hecho al sacerdote Crises: no acepta el rescate que Crises ofrece para recuperar a su cautiva hija. Para aplacar el mal lanzado por el dios, Agamenón devuelve a Crises su hija, pero toma para sí otra mujer, a Briseida. Ella es una recompensa que Aquileo ha tomado después de una batalla y que Agamenón la arrebate es sentido por Aquileo como una ofensa mortal. Quiere matarlo, pero tras el consejo de Atenea, Aquileo cancela la acción y decide no participar en la batalla contra los Teucros, desmoralizando a las tropas de los Argivos. Aquileo pide a su madre, la diosa Tetis, ayuda para redimir la afrenta a su honor; ella accede e intercede ante Zeus para que de alguna forma Aquileo alcance la gloria en la gran batalla contra los troyanos. Zeus promete honrar al hijo de Tetis, ninfa del mar.
Canto II: Sueño. Beocia o catálogo de las naves
Zeus induce un sueño a Agamenón en el que le dice que arme a todas las tropas y tome Troya, la ciudad de anchas calles. Pero Agamenón interpreta el sueño de forma contraria y teme una gran derrota, por lo cual se convence de la necesidad de regresar a Argos, a casa. Pero por orden de la diosa Hera, Atenea se presenta ante el héroe Odiseo para decirle que tiene que convencer a Agamenón de quedarse y luchar. Odiseo recuerda a Agamenón el vaticinio del adivino Calcante: que el décimo año los Aqueos tomarían Troya.
Agamenón reúne a los héroes Aqueos para alentarlos a combarir: a Nestor, al rey Idomeneo, a Diomedes hijo de Tideo, a Odiseño, a su hermano Melenao, a Agapenor y a los dos Ayantes (Ayante Telomonio y Ayante Oileo).
El catálogo de las naves describe un total de 1186 naves que llegaron a las costas de Troya. Esta descripción también es una manera de plantear la geografía griega, relatando quiénes habían venido y haciendo un censo de líderes y ciudades que se unieron para hacer sucumbir a Troya. Tropas llegadas de Atenas, Salamina, Creta, Pilos, Corinto, Micenas, Lacedemonia, Ítaca, entre otras, representaban el mundo proto-griego. Por otro lado, para defender Troya asistieron tropas de la región de la Tróade, Teucros y Tracios, gente de Carcia y Licia.
Grandes líderes, reyes, héroes e hijos de dioses, del lado aqueo y del lado troyano, asistieron para imponerse. Se trata por lo tanto de una gran guerra, una guerra entre dos mundos.
Canto III: Juramentos, atalayando desde la muralla. Alejandro vs Menelao
La acción principal de este canto es el pacto entre Aqueos y Teucros: un enfrentamiento hombre a hombre entre Melenao y Paris, también llamado Alejandro, salvaría la pugna entre los dos ejércitos. No obstante, Afrodita se lleva a Paris, envuelto en densa niebla, cuando estaba casi vencido.
Canto IV: Violación de los juramentos. Agamenón revista las tropas
Persuadido por Atenea, Pándaro tira una flecha contra Melenao, violando el pacto hecho en el canto anterior y dando todas las razones a los Aqueos para combatir contra Troya. Macaón, hijo del célebre Asclepio, le trata la herida a Melenao.
El rey Agamenón pasa revista a las tropas y se nombran los grandes héroes: Idomeneo de Creta, Nestor, Odiseo, los dos Ayantes, el jinete Menesteo, Diomedes hijo de Tideo, Esténelo, hijo de Capaneo, entre otros. La batalla es árdua y se narra la muerte de unos y la victoria de otros, por ejemplo, cuando Ayante Telemonio mata a Simoísio: “Ayante le hirió en el pecho junto a la tetilla derecha, y la broncínea punta le salió por la espalda” (Canto IV, 473) (2021: 123).
Los dioses también participan: Hera y Atenea están con los Aqueos, mientras que Afrodita y Apolo están con los Teucros, “¡Acometed, Teucros domadores de caballos!”, dice el dios.
Canto V: Principalía de Diomedes
Este canto ensalza la valentía de Diomedes Tidida, es decir, hijo del héroe Tideo. Palas Atenea le infunde un gran valor y audacia, y una gran llama sale de su casco y escudo. En este canto, héroes de un bando y otro se siguen matando entre sí. Pándaro logra herir a Diomedes con una flecha, pero éste, alentado aún más por Atenea, mata con su lanza a Pándaro, y casi también a Eneas, de no ser por Afrodita, quien lo rescata por ser su hijo amado. No obstante, Diomedes es tan bravo que logra herir a la diosa Afrodita en la mano. Apolo contribuye a salvar a Eneas y lo restituye, al tiempo que advierte a Diomedes de no atacarlo. La batalla sigue y Diomedes sigue desbocado por el impulso dado por Atenea, tanto así, que logra herir a Ares, quien se había trasfigurado en mortal, acompañando a Héctor. Ares regresa al Olimpo para curarse.
Canto VI: Coloquio de Héctor y Andrómaca
Además de la conversación entre Héctor y su esposa Andrómaca, que teme desgracias, otras cosas interesantes acontecen en este canto: Diomedes, aqueo, y Glauco, teucro, acuerdan no pelear entre sí ya que les unen lazos de hospitalidad entre sus abuelos, Eneo y Beleforonte, respectivamente. Intercambian sus armaduras, de oro la de Glauco, de bronce la de Diomedes. Clauco moriría a manos de Ayax más adelante.
Héctor también habla con Helena en este canto; dirigiéndose a él, ella se dice a sí misma perra: “Cuñado mío, de esta perra maléfica y abominable” (Canto VI, 344).
Canto VII: Combate singular de Héctor y Ayante. Levantamiento de los cadáveres
Como se indica en el título de este canto Ayante Telamonio pelea contra Héctor y logra herirlo en la batalla. No obstante, la guerra toma un descanso: Atenea y Apolo pactan hacer una tregua y Zeus ordena parar y “obedecer a la noche”, porque todos deben descansar. Aqueos y Teucros recogen sus respectivos cadáveres y entre los héroes se ofrecen regalos: Héctor entrega una espada con clavos de plata a Ayante y éste entrega un tahalí teñido de púrpura.
Canto VIII: Batalla interrumpida
Debido a lo ocurrido en el canto anterior, la batalla está interrumpida. Cabe resaltar que en este canto Zeus ya ha previsto que Héctor y Aquileo deben enfrentarse con motivo de la muerte de Patroclo. “Así lo decretó el hado”, afirma Zeus.
Canto IX: Embajada a Aquileo. Súplicas
Odiseo y Nestor suplican a Aquileo que entre en la batalla. Los troyanos ganan y Agamenón teme perderlo todo, incluso propone huir. No obstante, Aquileo no acepta, ni siquiera con los grandes regalos que Agamenón le ofrece. Lo declara así: “sus presentes me son odiosos, y hago tanto caso de él como de un cabello” (2021: 196).
En este canto Tetis le revela a Aquileo qué esperar. Él lo comparte así: “Mi madre, la diosa Tetis, de argentados pies, dice que las parcas pueden llevarme al fin de la muerte de alguna de estas dos maneras: si me quedo a combatir aquí en torno de la ciudad troyana, no volveré a la patria tierra, pero mi gloria será inmortal; si regreso, perderé la ínclita fama, pero mi vida será larga, pues la muerte no me sorprenderá tan pronto” (Canto IX, 308).
Canto X: Dolomia
Agamenón y su hermano Menelao deciden espiar el campamento troyano. Diomedes y Odiseo son los encargados de llevar a cabo esta misión. Héctor también ha enviado a Dolón para vigilar a los Aqueos.
Canto XI: Principalía de Agamenón
Agamenón, rey de Micenas, mata a muchos teucros. Mata a Ifidomante y a Coón, hermanos que fueren hijos de Antenor. No obstante, Agamenón resulta herido y sale de la batalla. Odiseo también resulta herido. Y también Diomedes resulta herido por Alejandro o Paris, quien le acierta una flecha en el pie. Alejandro, quien probaba su compromiso, también hiere al médico Macaón.
Por su parte, Héctor mata a muchos dáanos: “¿Cuál fue el primero, cuál fue el último de los que entonces mató Héctor Príamida cuando Zeus le dio gloria? Aseo, el primero, y después Autóono, Opites, Dólope Clítida, Ofeltio, Agelao, Esimno, Oro y el bravo Hipóono.” (Canto XI, 299, 301).
La victoria troyana parece acercarse. Frente a esto, Nestor anima a Patroclo a combatir en la guerra; le pide que interceda ante Aquileo, y si éste no quiere pelear, que por lo menos lo autorice a usar su armadura para que en el campo de batalla inunde de valor a los aqueos cuando éstos crean que es el mismísimo Aquileo que está en pie de lucha.
Canto XII: Combate en la muralla
En este canto la batalla ocurre frente a la muralla que los aqueos estaban levantando. Pero Posidón y Apolo deciden arruinarla con la fuerza de los ríos. Habían trabajado ellos en las murallas de Troya y no permitirían que otra muralla rivalizara con su obra.
En este canto aparece un ave agorera en el cielo, un presagio. Es un águila que lleva un dragón sanguinolento, pero lo suelta porque éste le hiere en el cuello y el dragón cae en el foso cavado por los aqueos. Polidamonte aconseja a Héctor detener la acometida porque le parece un mal augurio, pero Héctor no lo escucha y prosigue. Incluso llega a romper las puertas de los aqueos, favorecido por Zeus.
En este canto Zeus también llena de ánimo a su hijo Sarpedón: “Mas lo teucros y el esclarecido Héctor no habrían roto aún las puertas de la muralla y el gran cerrojo si el próvido Zeus no hubiese incitado a su hijo Sarpedón contra los argivos, como un león contra bueyes de retorcidos cuernos” (Canto XII, 290).
Canto XIII: Batalla junto a las naves
Posidón, que ciñe la tierra, ininda de bélico ardor y fuerza a los dos Ayantes para que resistan el avance de los Teucros. Mientras tanto, Zeus favorece a los teucros, para que después se cumpla el destino y pueda honrar a Aquileo.
En este canto se hacen largas descripciones de la batalla entre héroes de ambos bandos. Se detallan las cualidades y arte en los cascos, lanzas, espadas, escudos y armaduras. Del lado de los aqueos destacan en este enfrentamiento: Diomedes, Meriones, Idomeneo, Ayante Telemonio, Ayante Oileo y Antiloco. Del lado teucro destacan: Eneas, Paris, Deífobo, Héctor, Pisandro, Harpalión.
Canto XIV: Engaño de Zeus
En este canto se demuestra la influencia de Hera, quien pide a Afrodita el poder del amor y la seducción para encantar a Zeus intensamente. Y pide también a El Sueño que adormezca a Zeus después de acostarse con ella. A cambio Hera dará a El Sueño la más bella de las Gracias, Pasitea, de la cual El Sueño está deseoso todos los días. Todo lo anterior con el objetivo de que Posidón pudiera socorrer a los Argivos sin que Zeus lo viera.
En este canto también destaca cuando Ayante Telomonio golpea con una piedra a Héctor y lo deja derrumbado y dolido, casi fuera de combate, tanto que el héroe teucro vomita sangre.
Canto XV: Nueva ofensiva desde las naves
En este canto Zeus despierta del sueño inducido por El Sueño y ordena a Hera de inmediato: que mande a Iris a decirle a Posidón que cese de ayudar a los Aqueos; que Aplo devuelva el ánimo y fuerza a Héctor; que Patroclo entre en el combate y muera a manos de Héctor, causando que Aquileo entre en la guerra buscando venganza.
En este canto el valor en el corazón de los aqueos merma como resultado del apoyo de Apolo a los teucros. Cada caudillo Teucro mata a un hombre con nombre propio y los párrafos se extienden en la descripción de cómo aqueos y teucros se matan unos a otros. Teucro Telamonio, que está con los aqueos, está listo para disparar a Héctor con el arco que otrora Apolo le había dado, pero Zeus frustra la acción rompiendo la cuerda; dice Teucro: “¡Oh dioses! Alguna deidad quiere frustrar nuestros medios de combate, me quitó el arco de la mano y rompió la cuerda recién torcida, que até esta mañana para que pudiera despedir, sin romperse, multitud de flechas” (Canto XV, 467) (2021: 200).
Canto XVI: Patroclea
Visto el desgaste de los aqueos, Patroclo le critica, entre lágrimas, su crueldad a Aquileo por no querer entrar en la batalla. Le ruega dejarle ir vestido con su armadura junto a los mirmidones (Canto XVI, 21) (2021: 308). Aquileo acepta y Patroclo parte al campo de batalla junto a Autodemonte, auriga de Aquileo, y los corceles inmortales Janto y Balio, hijos de la harpía Podarga.
En este canto muere Sarpedón, hijo de Zeus, a manos de Patroclo. Pero el acontecimiento más importante es la muerte de Patroclo a manos de Héctor, quien le entierra una espada en el vientre. Lo anterior cambia el rumbo del combate y encauza el destino de Aquileo y de Héctor.
Canto XVII: Principalía de Menelao
Menelao mata a Euforbo Pantoida. Por otra parte, Héctor viste la armadura de Aquileo, arrebatada a Patroclo: “La armadura de Aquileo le vino bien a Héctor; apoderose de éste un terrible furor bélico, y sus miembros se vigorizaron y fortalecieron; y el héroe, dando recias voces, enderezó sus pasos a los aliados ilustres y se les presentó con las resplandecientes armas del magnánimo Pelión” (Canto XVII, 209).
Al pie de las murallas de Troya se daba la lucha por el cadáver de Patroclo. Menelao es vigorizado por Atenea, mientras que Zeus favorece a los teucros.
Canto XVIII: Fabricación de las armas
En este canto Aquileo ya supone que Patroclo ha muerto. Su madre Tetis se lo había vaticinado. Tetis promete a su hijo una nueva y mejor armadura hecha por Hefesto, dios de la forja. Pero Aquileo no tiene paciencia y aún sin la armadura se presenta en el campo de batalla.
Canto XIX: Renunciamiento de la cólera
Tetis entrega la armadura a su hijo y rocía con ambrosía el cuerpo de Patroclo, para que no se corrompa y desgarre antes de que puedan darle su merecido rito funerario. Aquileo no quiere esperar más para ir a la Guerra, pero Odiseo y Agamenón aconsejan un banquete antes.
Zeus, que ha apoyado a los teucros hasta ese momento, ordena a Atenea que de aliento a Aquileo. Mas adelante, la diosa Hera, a través del corcel Janto, le revela a Aquileo que en la batalla también él morirá.
Canto XX: Combate de los dioses
Zeus reúne a todos los dioses en el ágora y les ordena tomar partido mientras él observa la guerra. Hera, Atenea, Posidón, Hermes y Hefesto apoyan a los aqueos. Apolo, Ares, Artemisa, Leto, Afrodita y el Janto apoyan a los teucros.
Eneas, uno de los héroes más destacados, enfrenta a Aquileo, alentado por Apolo. Pero Posidón interviene para salvar a Eneas, puesto que su destino era reinar y dejar descendencia en el futuro.
En esta parte de la guerra, Aquileo se encuentra con Héctor. Atena desvía con su soplo la lanza de Héctor y 3 veces Apolo salva a Héctor. Aquileo mata a Dríope, Demuco Filetórida, Laógono, Dárdano, Tros Alastórida, Mulio, Equeclo, Deucalión, Rigmo y Areítoo.
Canto XXI: Batalla junto al río
Aquileo sigue matando: acaba con Licaón, hijo de Príamo dardánida, mata a Asteropeo, descendiente del río Axio. Solo el río Escamandro logra enfrentar al héroe aqueo: lo increpa por haber matado a tantos en el río y lo ataca. Frente a esto interviene Hefesto y con fuego enfrenta al líquido Escamandro.
Atenea golpea a Ares y a Afrodita. Hera golpea a Artemisa. Y Apolo Febo no acepta pelear contra Posidón. Aplo infunde valor en Agenor, con el objetivo de que Aquileo retrase su persecución a los teucros y estos logren refugiarse en Ilión. Finalmente, Apolo adopta la forma de Agenor para que Aquileo lo persiga y los teucros tengan tiempo para salvarse.
Canto XXII: Muerte de Héctor
Padre y madre de Héctor, Príamo y Hécabe, le suplican para que entre en la ciudad y salve su vida. Ella se desnuda un seno, un comportamiento que, como madre, podría significar un ruego para que su hijo le obedeciera.
Aquileo persigue a Héctor. Dan tres vueltas a la ciudad. Zeus ya ha puesto en la balanza la suerte de Héctor y Atenea lo engaña para que deje de huir. En el combate Héctor y Aquileo hablan y expresan sus sentimientos e ideas. Aquileo lo mata y no está dispuesto a respetar las costumbres debidas para honrar el cuerpo inerte del contrincante. Se lo lleva a su campamento arrastrado por sus caballos.
Canto XXIII: Juegos en honor de Patroclo
En este canto se celebran los juegos honoríficos y ritos de despedida de Patroclo. Los mirmidones lloran y se cortan su cabellera, dándola a Patroclo muerto. También Aquileo. El alma de Patroclo le habla en sueños a Aquileo.
El cuerpo de Patroclo está sobre una pira de cien pies de lado y se sacrifican ovejas y bueyes. El cruel Aquileo también sacrifica caballos, perros y a doce hijos de Troya que habían sido tomados como presos. Uno de los juegos es una carrera de caballos, en la cual Apolo hace que Diomedes se caiga del caballo. Otros juegos que se celebran son la lucha, el pugilato y los dardos. Los premios a los ganadores son “cosas” valiosas: un trípode que vale lo mismo que 12 bueyes, una mujer que vale lo mismo que 4 bueyes.
Durante la ceremonia, Afrodita y Apolo cuidaban el cuerpo fallecido de Héctor para que no se pudriera y ahuyentaron de él a los perros.
Canto XXIV: Rescate de Héctor
Tanto había herido la muerte de Patroclo a Aquileo que había hecho celebrar sendos juegos, pero aún así no podía dormir. Lloraba y arrojaba su ira contra el cadáver de Héctor, dándole 3 vueltas al tumulto donde estaba el cuerpo de Patroclo. Pero Apolo cuidaba al cuerpo de Héctor.
Al final de la Ilíada los dioses están indignados por el comportamiento indecoroso de Aquileo, así que Zeus interviene para que Aquileo apacigüe su furia. El crónida pide a Tetis que persuada a su hijo para que acepte el rescate que ofrece Príamo para recoger el cuerpo de Héctor y llevarlo a Troya y hacer los debidos ritos. El dios Hermes ayuda a Príamo a llegar al campamento Aqueo sin que sea visto ni capturado. Frente al cuerpo de Héctor, Aquileo y el rey Príamo hablan y se lamentan. Príamo lleva el cuerpo de su hijo a la ciudad de Troya, donde todos lo lloran, su madre, su esposa y Helena.