“De repente, el agua se volvía escasa en la comunidad de Huaira. Las nubes surgían cada mañana …, pero luego se adensaban, cubriendo y descubriendo el paisaje, para finalmente desaparecer. A veces, soltaban un chaparrón o unas pocas gotas que apenas alcanzaban a penetrar en la tierra” (Alegría, 1939, p. 118). Esta situación corresponde a un fragmento de la novela Los perros hambrientos, enmarcada en el año 1939 en una de las zonas andinas del Perú. Se ilustra cómo llegó la sequía a esta comunidad y cómo la pobreza y la riqueza perpetúan el abuso y la diferencia en la calidad de vida entre las distintas clases sociales, mostrando que los desastres y las dificultades no afectan a todos por igual. La novela nos incita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y la comunidad en tiempos de crisis. Esta representación del mundo andino por parte del autor invita a cuestionar la responsabilidad tanto del gobierno como de la comunidad misma en la perpetuación de estas diferencias socioeconómicas.