En la intersección entre la memoria y la creación literaria, el pasado emerge no como un eco distante, sino como una presencia palpable. Aristóteles, en su ‘Poética’, nos legó la célebre frase: “la imposibilidad verosímil a la posibilidad increíble” (Donayre, 2019). Es este principio el que nos guía a través de 21. Relatos sobre la independencia del Perú (selección y prólogo de José Donavre Hoefken), una obra que nos sumerge en un mundo donde la línea entre lo real y lo imaginario se desdibuja.
“Pobre e ingenuo Coronel Carratalá por pensar que iba a traicionar a los suyos. ¡Ni por todo el oro del mundo lo haría! No estoy aquí para informar sino para sacrificarme por la causa de la libertad.” El relato narra la historia de María Parado de Bellido, quién es condenada a muerte por su participación en la lucha por la independencia del Perú. Éste se enfoca en la valentía y el sacrificio de María Parado de Bellido, quién elige la muerte antes que traicionar sus principios, compañeros y familia. Rechaza los intentos del Coronel Carratalá de hacerla delatar por dinero u otros motivos, mostrando su lealtad inquebrantable a la causa de la libertad. Ella, a su vez, afirma que su presencia no es para informar, sino para «sacrificarse por la causa de la libertad», demostrando su disposición a dar su vida por la causa y mostrando su firmeza liberta convicciones. En consecuencia, pensamos que la historia refleja con claridad la fuerza de los ideales anteponiendose a todo, el sacrificio por una causa justa y el valor necesario para enfrentar la adversidad.
“José siente que la sangre se le sube a la cabeza. ¿Cómo es posible? su hermana menor besándose como una cualquiera con un soldado realista.” El relato inicia cuando José Olaya la encuentra en un amorío con un soldado realista. Él no está de acuerdo con la relación por las diferencias en los ideales, porque él apoyaba a los libertadores trasladando cartas por el Mar de chorrillos, por ello dicha relación por ser deshonrosa según el personaje, queda prohibida. La relación entre estos tres, en tiempos de independencia, añade complejidad en la forma de relacionarse, al mostrar cómo el amor puede desafiar las diferencias ideológicas y generar conflictos. La frase «siente que la sangre se le sube a la cabeza» refleja el conflicto interno del protagonista al enterarse del romance de su hermana con un realista, lo que desafía sus valores familiares y sus ideales políticos. La expresión «como una cualquiera» muestra el juicio moral, debido a esta relación deshonrosa. Entendemos que esta situación demuestra cómo ciertos amores pueden ser prohibitivos o difíciles, debido al contexto histórico. Creemos que esto refleja con mucha precisión y simpleza cómo en tiempos tensos como la independencia del Perú, las relaciones amorosas experimentar muchas dificultades tanto políticas como morales.
Estos dos relatos representativos muestran los ejes temáticos del libro: “21. Relatos sobre la independencia del Perú”, que cumple con el objetivo de contar una verdad literaria, revisando de manera diferente los acontecimientos ocurridos antes, durante y después de la independencia.
En conclusión, esta obra es una representación clara de cómo la verdad literaria muestra el lado más humano y más vivo de los hechos a diferencia de la verdad histórica. Por lo que, este libro nos invita a considerar lo poderosos que pueden ser los ideales de una persona, y como el amor trasciende y se desarrolla en la independencia del Perú. A su vez nos inspira a discurrir sobre nuestros propios valores y relaciones en situaciones difíciles.
Reseña escrita por: Piero Antonio Baltodano Paredes, Fabrizio Carbajal Velasquez y Jordan Gutierrez Villalobos
Referencias
Bicentenario Perú. (2019, 26 de junio). «21 Relatos sobre la Independencia del Perú»: presentación de libro en Ayacucho. Recuperado de: https://bicentenario.gob.pe/21-relatos-sobre-la-independencia-del-peru-presentacion-de-libro-en-ayacucho/
Canal Petroperú S.A. (2019, 13 de agosto). FIL 2019: PRESENTACIÓN DEL LIBRO 21. RELATOS SOBRE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ [Archivo de video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=B66pUgWThw4
Donayre, J. Comp. 21. Relatos sobre la independencia del Perú (1° ed.). Ediciones
Copé. https://cultura.petroperu.com.pe/biblioteca-cope/veintiun-relatos-volumen-uno/
Libros a mí. (2019, 26 de julio). José Donayre Hoefken | Entrevista | 21. Relatos sobre la independencia del Perú [Video]. YouTube. https://youtu.be/lx_95bx7jNk?si=D7a0utXO30TSLvKj
Poma, J. [Trujillo 60]. (2020, 19 de julio). #LaHoraLiteraria. Hoy comentamos 21. Relatos sobre la Independencia [Video]. Facebook. https://www.facebook.com/Trujillo60/videos/286689629201096
Wikipedia, colaboradores. (2024, 4 de enero). José Donayre Hoefken.
Recuperado de https://es.m.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Donayre_Hoefken
Los tres príncipes Gupta y sus acompañantes montaban sus elefantes blancos y avanzaban por una avenida, deslizándose entre muros de piedra labrada que ostentaban los signos del reino. Los hermanos pasaban por debajo de altos balcones y sobre los pétalos de exótica fragancia, que fueron arrojados por los ciudadanos. Ante ellos, iban elevándose los imponentes muros y contrafuertes, y las grandes cúpulas derramaban sus sombras sobre el camino que conducía hacia el palacio del emperador Otali; finalmente cruzaron por debajo de un gran arco de color blanco realzado con un reborde de borlas de mármol, que llevaba hacia los espléndidos jardines de recreo del monarca.
Nirek el primer hijo de Otali, iba orgulloso por delante; Ojayit, el segundo hijo, lo seguía de cerca, atento y decidido a empuñar su filosa arma contra cualquier enemigo, y así mismo, Nayakan, su hermano menor, que era otro virtuoso con las armas, iba detrás de ellos. Los seguían por detrás varias filas de guardias armados con brillantes lanzas de filosos estilos, y finalmente, avanzaba un largo séquito de sabios, esos viejos que dedicaban la vida al estudio de las leyes, y la pasaban encorvados sobre antiguos pergaminos rodeados de mil objetos misteriosos. Todos recibían saludos alegres del pueblo.
El nacimiento del príncipe Nirek se dio en una tranquila noche, mientras la plateada Luna daba su sereno rostro y se desplazaba a través de las estrellas. Otali estaba impaciente, pero sabía que la paciencia es como un árbol de raíz insípida que produce dulces frutos.
―¿Cómo esta ella? ―preguntaba Otali con el corazón exaltado.
―Mi Señor, su esposa Kuntana acaba de parir con salud un hermoso niño, tan luminoso como la Luna ―le contestó el médico principal.
Luego ocurrió la ceremonia para darle un nombre al bebé; se le bendijo y los sacerdotes le desearon una larga vida llena de riqueza y sabiduría. Después, el niño fue colocado sobre el regazo de su padre y recibió su bendición. El sacerdote principal ofreció su plegaria a los dioses y a los espíritus de los antepasados del clan, para poder obtener sus bendiciones. Los clarividentes predijeron que algún día, este pequeño realizaría memorables acciones, y sería él uno de los prodigios de su creador. Nirek sería grande en pensamientos y en hechos; el noble hijo de Otali tendría un alto sentido de la justicia, su razón sería muy elevada, sus acciones rectas y firmes, sus intenciones nobles, y sería por derecho, el emperador de Panyab.
Ojayit era el segundo hijo de Otali, nació dos años después que Nirek y desde pequeño fueron notables sus cualidades atléticas. Desde joven fue educado rigurosamente en la lucha y en el camino de las armas, poseía habilidad natural para el uso de la espada, y su cuerpo era duro como roca.
―Óyeme querida esposa ―decía Otali―. Pronto el pequeño despreciará la suavidad de tus manos ¡Porque su gran afición será el lomo firme de los elefantes de guerra!
Al ver tempranas cualidades de Ojayit, su padre le regaló una espada esplendorosa. Con un regalo de los dioses como ese, Ojayit sentía que podría enfrentar a cualquier oponente. Tenía el admirable arma ocupando el centro de su pomo el rostro de un dios de oro sobre un fondo de esmalte negro, y tallado en el mango los símbolos del imperio. El joven Ojayit hizo que la espada de gran hoja cortara el aire, y al verla, su espíritu parecía iluminarse y llenarse de gloria. El poseer aquella extraordinaria arma lo obligaba a convertirse algún día en un gran maestro.
Nayakan era el tercer hijo de Otali, y al igual que Ojayit, era un fornido joven de nobles cualidades. El príncipe tenía amplia la frente y ojos hundidos y oscuros, el muchacho amaba mucho a sus parientes y solía visitar a su abuelo.
Paramjit era el padre de Otali. Era un hombre correcto, honorable y hábil para resolver los problemas con la asistencia de sus hijos y consejeros. El anciano fue uno de los emperadores Gupta más queridos por su pueblo. Cierto día, pensó que los oficiales de prestigio o algún guerrero experto debía darles la instrucción necesaria a sus nietos, y fue así como buscó entre los mejores instructores del reino para realizar el trabajo.
Birendra era un general valiente y con el poder de un tigre. Al saber las intenciones del antiguo emperador, se ofreció para enseñar los secretos de la espada a los príncipes Gupta y, aunque el experimentado hombre era un tanto ambicioso, se encargó muy bien de dicha labor. El viejo guerrero escribió muchos lienzos referentes a las artes de la guerra, y esos manuscritos eran ricos en arte mostrando muchas verdades de noble índole.
Ojayit practicaba con la espada y sus compañeros observaban la soltura de sus movimientos, la gracia de sus ritmos y la variedad de sus ataques. El joven príncipe practicó con gran esfuerzo hasta llegar a la excelencia, y al igual que sus hermanos, realizaba el rígido entrenamiento cada día que duró la escuela militar.
Militares de eminente maestría instruyeron a los jóvenes y les mostraron los métodos de ataques sin anarquías de estilo. Los hermanos crecían rápidamente en habilidad, y esto incomodaba a algunos alumnos antiguos. Algunas veces, Ojayit que era aprendiz no se mostraba humilde con estudiantes más experimentados, algunos de los cuales también provenían de familias nobles, y que también aprendían un método variado y rico en recursos.
Los hermanos siguieron las enseñanzas con obediencia, y con el paso de los años, perfeccionaron sus conocimientos, y aprendieron conceptos filosóficos de la vida. Obtuvieron mayor fuerza física, manejaron el temor, mejoraron la concentración mental y, por supuesto, consiguieron el completo dominio de la espada. Los generales consideraban cualquier circunstancia que pudiera presentarse en una guerra. Los hombres adiestrados podían escalar altos muros y trasladarse por las fortalezas enemigas sin ser descubiertos. Además, aprendían con dedicación las distintas técnicas de pelea del Kalaripayatt.