¿Qué harías si tu vida se desmoronase por completo de la noche a la mañana? ¿Te lo jugarías todo a la única posibilidad de un cambio mecido por una suerte más que esquiva? ¿O por el contrario confiarías en un Dios todopoderoso capaz de proteger y ensalzar al que más lo venera?
Los planes de Dios es la última obra del madrileño Jon Echanove, que salió al mercado en el año 2022 bajo el sello editorial Libros y Literatura. Esta primera edición consta de 363 páginas de narración literaria en tercera persona que, divida en cuatro grandes apartados dedicados a otros tantos personajes, nos narra la vida y el entorno cambiante de Richard, su protagonista.
El autor, nació en la década de los 70 para formar parte de una generación que creció observando y disfrutando de las modificaciones de la sociedad española en su transición a la democracia. Ávido del permanente cambio y la novedad que formaron parte de su cotidianidad en los primeros años de su vida, en su interior se consolidó un hondo deseo de viajar y conocer otras realidades. En los últimos años, Jon ha vivido a caballo entre Beijing, Manila y Bruselas. Economista y psicoterapeuta, apasionado por la historia, el crimen y la ciencia ficción, durante casi veinte años ha tenido la fortuna de visitar y trabajar en más de 40 países, lo que le ha permitido vivir en primera persona el valor de la multiculturalidad y los retos de un mundo cada vez más cercano y global.
El Brexit y un infierno personal
Un infructuoso intento de suicidio, con unos ansiolíticos abandonados por su exmujer, en la casa que ambos compartieron en la costa inglesa de Bournemouth hasta que el Brexit acabó con el sueño familiar de Richard, dueño de un laboratorio de control de calidad relacionado con la Comisión Europea, dan el pistoletazo de salida a una trama que aúna thriller, novela social y literatura de viajes. La inexistente relación con su ex Sarah, salvo por los enfrentamientos continuos debido a su negativa a vender la casa de ambos junto a la playa, y la necesidad de pagar la residencia de un padre con Alzhéimer del que jamás recibió el mínimo cariño, llevan a Richard a jugarse el todo por el todo cuando, con una sorpresa con la que ya no contaba, un giro del destino le pone en la rampa de salida de un proyecto económico y vital en la otra parte del mundo. Una oportunidad, la última, que aceptará a regañadientes, y que lo cambiará todo en su vida y en la de los que le rodean. Una nueva vida, cargad de sorpresas y altibajos de todo tipo, que harán que Richard olvide su pasado más cercano, con sus fracasos matrimoniales y empresariales incluidos, a la vez que aprenderá una valiosa lección vital: nada puede salir bien si tu futuro depende de las decisiones de un político. Ya sea el Brexit o el futuro empresarial de un pequeño grupo de inversores.
Corrupción institucional
La llegada a Manila de Richard, para ponerse al frente de un proyecto relacionado con un laboratorio del ministerio filipino, es un golpe de esperanza para su ego roto que, además, ayuda a reflotar sus viejos aires de hombre rico y poderoso. La relación profesional y de amistad que entabla con MC, un elegante francés que lleva más tiempo trabajando y haciendo negocios en Filipinas que en Europa, y con Bobby, enlace de la empresa con el propio gobierno local y obsesionado por el golf, colocarán a Richard en un punto de no retorno cuando recibe una oferta imposible de rechazar: la de formar parte de un proyecto muy rentable a corto plazo, al tener la posibilidad de conocer los cambios de leyes del país antes de que estos sean oficiales por mediación de Bobby. Esta oportunidad de volver a ser una persona de éxito, con dinero suficiente para ser tratado como un potentado en el país, le hace replantearse no solo su futuro inmediato, sino también el rastro anterior de su existencia en Inglaterra.
La aparición de Rose, una mujer que ha tenido que sobrevivir en la miseria más absoluta, sacando adelante a dos hijas pequeñas en los arrabales de Manila, lo convencen de que su lugar en el mundo es Filipinas. Pero como sucede cuando el porvenir es volátil, y las creencias en las protecciones divinas más férreas que la propia realidad del país, todo se desestabiliza cuando la corrupción política y policial, que hasta ese momento ha servido de paraguas a Richard y a sus nuevos socios, se vuelve en su contra.
Shabú y la ley antidrogas de Duarte
Uno de los puntos principales de la novela Los planes de Dios, ya que nos permite situar la trama política e históricamente, es la relación de varios de sus personajes con el shabú, una metanfetamina de uso normal en Filipinas para mantener el cuerpo activo a lo largo de las inacabables jornadas laborales y que hace estragos entre la población. Una droga que cada día tiene más consumidores y más personas viviendo de su venta y tráfico. A lo largo de la novela se presenta el momento en el que el presidente Duarte decide cortar el problema por lo sano creando listas de vendedores y consumidores, al mismo tiempo que da libertad a su policía para acabar con todos ellos de la manera más rápida y dolorosa posible.
Será Caloy, primo de Bobby y a la sazón socio de los turbios negocios de su primo y el resto de protagonistas ―Richard incluido a pesar de no querer darse por enterado― el que desde dentro de la policía se convierta en uno de los brazos ejecutores. Quizá el más temido, cuando asciende a jefe de la comisaria del distrito. Un hombre colérico, que obliga a que la gente que más quiere se aparte de él y se vaya lo más lejos posible, alcohólico, amante de las armas de fuego y temeroso de Dios, ante el cuál se postra de manera constante para alabar sus aciertos y hacerse perdonar sus errores. Su cruzada contra los drogadictos será tan febril que no dudará en saltarse incluso las recomendaciones del presidente, al que idolatra tanto como a Dios, para seguir limpiando su ciudad. Hasta que, en uno de esos arranques de furia, comunes contra todo lo que le produce asco o le parece merecedor de la ira de Dios, comete un error que acabará pasándole factura a él y a sus socios, y que demostrará a Richard, una vez más, que su vida es tan endeble como lo son las circunstancias políticas y sociales de un país gobernado por la corrupción y el sistema fatalista del odio al discordante.
En definitiva, Jon Echanove ha creado una obra redonda donde se muestra su conocimiento de la zona y de la idiosincrasia de un país y de una ciudad de marcados contrastes y donde la corrupción, la especulación, y la violencia institucionalizada son capaces de coparlo todo, dejando, eso sí, al menos un pedazo de posibilidad al amor y la amistad.