Comentario a propósito de la novela La Hojarasca de Gabriel García Márquez, un libro publicado por primera vez en el año 1955. Este es un breve análisis literario, más que un simple resumen o una reseña, que trata de entender la novela en el contexto de la crítica social al subdesarrollo.
En esta novela, Macondo es un pueblo agrario y tradicional que es sometido a una transformación industrial no planificada y de espaldas a la población local. La novela expresa una transformación no consensuada que generó graves problemas sociales, violencia y sufrimiento. Este análisis literario toma como punto de partida esa realidad.
La histórica Masacre de las Bananeras en Colombia está retratada de alguna forma en La Hojarasca. Tanto aquella tragedia de la vida real como esta novela, son muy expresivas del problemático desarrollo de la industria agrícola de Colombia en el siglo XX.
Mi lectura de La Hojarasca tiene muy en cuenta el efecto que los llamados Planes de Desarrollo emitidos desde Estados Unidos y la ONU, e implementados de forma unidireccional, tienen sobre una comunidad o región local.
La Hojarasca nos muestra dos momentos muy diferentes de Macondo, un pueblo que vive en carne propia la presión del discurso del desarrollo: el primero puede ser calificado como un momento de tradición y prosperidad, en antagonía con un segundo momento, de desastre o de ruina. La transición de un momento a otro está marcado por la aparición, instalación e influencia de La Compañía Bananera.
Con la Compañía Bananera llegó la hojarasca a Macondo, dice García Márquez, y “en menos de un año arrojó sobre el pueblo los escombros de numerosos cadáveres anteriores a ella misma, esparció en la calle su confusa carga de desperdicios” (cita textual de la novela en su primera página). Es muy clara la crítica social que el autor hace con esta obra.
Antes de la Compañía Bananera el pueblo de Macondo era, según la narración, un lugar con relativo bienestar y con una tradición que la gente recordaba; por ejemplo, se recordaba que había sido fundado por unas familias que huían de la guerra. Después de la Compañía Bananera, Macondo es descrito como un lugar radicalmente distinto, donde la ruina se había postrado junto a un olor y presencia de “desperdicios” que habían quedado luego de que la Compañía Bananera se fuera. Pero si aquella empresa trajo escuelas y hospitales ¿Por qué sumió a Macondo en la ruina ? ¿Qué tipo de escuelas, hospitales y médicos había traído? ¿Qué tipo de negocios hizo en Macondo?
Aquí cabe mencionar el calificativo de «república bananera» que países como Colombia han ganado debido a la acción de Empresas Trans-nacionales como las grandes Bananeras. Prometieron un «desarrollo social y económico» a cambio de la explotación ilimitada de recursos, pero el esperado «desarrollo» nunca tuvo lugar.
El papel de la Compañía Bananera en la novela es mediático; fue a través de su estancia e influencia que Macondo cambió. Su responsabilidad es sugerida durante toda la narración. En la vida real, la relación desigual entre empresas explotadoras y trabajadores explotados tuvo como consecuencia una tragedia conocida como «la masacre de las bananeras», en la cual murió gente del campo, que quiso protestar y reclamar igualdad, pero que fue silenciada.
Desde mi perspectiva, la novela de García Márquez es una gran metáfora acerca del efecto que una empresa enfocada solamente en industrializar la producción, ejerce sobre una población tradicional que no necesariamente necesitaba la acción de tal empresa. Una Compañía Bananera llega a las inmediaciones de un pueblo, industrializa la agricultura, trae consigo una tecnología nueva, trae escuelas y hospitales, pero después de su partida no deja sino “desperdicios”, deja una hojarasca… Se trata de un buen ejemplo de cómo muchos de los planes de desarrollo se han implementado incorrectamente en localidades del mal llamado “tercer mundo”.
La planta eléctrica, los hospitales y más médicos, escuelas y tren, pueden ser entendidos como los recursos que el discurso del desarrollo, instaurado después de la segunda guerra mundial, pensó como medios necesarios para que los lugares subdesarrollados, donde no existía este tipo de infraestructura, alcanzara el nivel de “bienestar” que los organismos internacionales definieron como necesario.
Varias imágenes en la novela son expresivas de los efectos del desarrollo sobre una comunidad local cuando las condiciones culturales no son atendidas. Un nuevo orden se crea en Macondo; los heridos que no atiende el médico, que ha olvidado su trabajo, pueden ser el resultado de la conocida matanza de las bananeras (y de hecho García Márquez trata de sugerir esto); el olvido, la amnesia se manifiesta varias veces, mostrando que las cosas que se sabían antes se olvidan, es olvidar la tradición. Por ejemplo, después de la Compañía el párroco del pueblo, a quien todos querían y quien representaba un sentimiento de identidad, muere. El cambio de Meme (se cuenta que la vieron regresar a Macondo pero muy distinta), quien es indígena, remite al estilo de vida urbano y el olvido de la cultura ancestral.
Es cierto que El Desarrollo castigó las tradiciones, pero en García Márquez también se lee cierta resistencia al cambio. Se alegará que «claro, resistimos al cambio si éste nos destruye». Con todo, el libro es un llamamiento a la protección de las tradiciones, a la congelación de la cultura. Cuando la lectura del libro deja ver precisamente que el cambio es inevitable, aún cuando sucede de una manera que no deseamos.
Es muy interesante observar que “ la pérdida de trabajo del médico” representa la degeneración; a medida que va pasando el tiempo el médico olvida y muere ante el nuevo orden que se instala; se dice que la gente desea su muerte o su olor a muerte con desperdicios, no tanto por no haber atendido unos heridos sino porque él representa una de las huellas más claras del efecto de la compañía; la gente desea que él se acabe como queriendo que los estragos de “la hojarasca” se terminen.
De la narración se concluye que, con respecto a la pobreza de la gente,antes de La Compañía había cierto bienestar; pero después de la compañía hubo verdadera pobreza. Esto es algo que investigadores como Arturo Escobar han señalado a proposito del discurso del desarrollo, el cual, tratando de acabar con la pobreza, ha terminado sumiendo a las comunidades en condiciones de vida más pobres. Todo, gracias a una pésima metodología, a una pésima aplicación de planes de desarrollo, a un pésimo entendimiento de lo que significa el desarrollo para la gente. Un discurso y prácticas que han «inventado al tercer mundo» es lo que Arturo Escobar analiza (Ver libro: La invención del Tercer Mundo)
Por último, La historia en la novela La Hojarasca también puede ser entendida como un ejemplo de los estragos de un «desarrollo» no planificado y nunca negociado con los pobladores; la literatura muchas veces cumple el papel social de diagnosticar y evidenciar, bajo un método no científico, los fenómenos de la sociedad, los problemas de los grupos humanos, las creaciones culturales, los cambios, las continuidades y los momentos coyunturales como el que es narrado acerca de la situación de Macondo en La hojarasca.
Grandioso análisis, estoy por terminar de leer «Cien años de Soledad» y simultáneamente «Los funerales de la Mamá Grande», la etapa de la compañía Bananera me intrigó mucho, me alegra saber que hay una profundización de la historia.
Hola Fernanda, gracias por el comentario! 🙂
Si después te animas a escribir una reseña o un análisis de alguno de los libros que lees, contacta con lectura-abierta aquí: https://www.lectura-abierta.com/publicar-resenas-de-libros/
También he compartido un análisis de Cien años de soledad con base en el personaje de Melquiades, por si después quieres consultarlo: https://www.lectura-abierta.com/cien-anos-de-soledad-y-el-laboratorio-de-melquiades-garcia-marquez/
Un saludo!!