La sociedad del espectáculo de Guy Debord. Reseña

Libro La sociedad del espectáculo - Guy Debord
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La sociedad del espectáculo” (en francés: La société du spectacle), es un ensayo, pero que por su estructura y contenido podríamos considerar como un trabajo o tratado, filosófíco-político (y estético) publicado en 1967 por el situacionista, cineasta y teórico francés Guy Debord (1931-1994) y que será continuada por la obra del mismo autor “Comentarios sobre la sociedad del espectáculo” (1988).

El libro, formado por 9 capítulos y 221 tesis (que recuerdan a las estructuras de obras como las de Baruch Spinoza o Baltasar Gracián), tuvo un fuerte impacto durante y después del Mayo del 68 y se llevó a la gran pantalla en 1973 por el propio autor, quien la desarrolló de acuerdo a las teorías situacionistas y la lectura de la obra por sí mismo.

El autor presenta una teoría de la espectacularización de la sociedad, la cual se vacía de todo contenido. A lo largo de la obra, Guy Debord traza el desarrollo de una sociedad moderna en la que todo lo que una vez fue vivido de manera directa deviene en una mera representación. Del ser se pasó al tener y del tener se ha pasado ahora al parecer, lo cual supone, para Guy Debord, el momento histórico en el cual la mercancía completa su colonización sobre los individuos y la vida social.

El espectáculo ya no es una colección o una muestra de imágenes que se suceden unas a otras, sino una relación social mediada por imágenes. Para Guy Debord, el espectáculo es una “inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo no-viviente” (Debord, 2018, p.15) pero que se muestra “a la vez como la sociedad misma, como una parte de la sociedad y como instrumento de unificación” (Debord, 2018, p.16). La obra de Guy Debord trata de mostrar la sociedad moderna del espectáculo y supone una continuación extensa del trabajo de Karl Marx destacando la aplicación de la misma, no tanto en el fetiche de la mercancía marxista sino en los medios de comunicación contemporáneos, pues de acuerdo a Guy Debord, el capital ha llegado a tal grado de acumulación que se ha convertido en imagen.

Cabe destacar que el autor amplía el concepto de la enajenación para incluir la actividad más allá del trabajo y expone la política espectacular de los regímenes soviético (espectáculo concentrado del capitalismo burocrático) y estadounidense (espectáculo difuso del capitalismo económico-financiero burgués) pero siempre advirtiendo que “el espectáculo es absolutamente dogmático y al mismo tiempo no puede desembocar realmente en ningún dogma sólido” (Debord, 2018, p.65).

“La sociedad del espectáculo” no es una obra fácil de leer: al metalenguaje filosófico post-hegeliano hay que añadirle, por un lado, el metalenguaje revolucionario post-marxista y, por otro lado, el propio metalenguaje situacionista del autor. Es un libro en el que se aborda desde la naturaleza de la sociedad espectacular y los procesos históricos que llevaron a la conformación de su estructura hasta el análisis crítico de las experiencias revolucionarias del pasado: “La teoría revolucionaria es ahora enemiga de toda ideología revolucionaria y ella sabe que lo es” (Debord, 2018, p.121).

Cada tesis puede servir como un disparador para afrontar un análisis del tema que aborda pues todas son en cierta forma extraíbles y poseen una autonomía suficiente que les permite funcionar de manera aislada sin por ello dejar de ocupar un lugar coherente en la totalidad de la obra. Lo que resulta sorprendente en Guy Debord es la lucidez de entender la naturaleza de un proceso en el mismo momento en el que está ocurriendo (la construcción de la sociedad espectacular, la cual tiene origen en lo que conocemos como sociedad de consumo y clase media).

Aunque su mundo no sea el nuestro, pues en los años 60 existía un proletariado industrial y una presencia ideológica del marxismo, Guy Debord parece estar hablando de nosotros. Muchas de las afirmaciones (o tesis) que realiza a lo largo de su obra no solamente se ven confirmadas sino también intensificadas en las décadas posteriores. El despliegue desmesurado de las industrias del entretenimiento, la multitud de pantallas en la vida cotidiana, el poder de los medios de comunicación y la aparición del mundo virtual y las redes sociales parecen desprendimientos de las ideas de Guy Debord. Que “La sociedad del espectáculo” parezca estar interpelándonos permanentemente no es una prueba del poder profético de su autor sino una demostración irrefutable de que las estructuras de poder que operaban en su mundo siguen operando en el nuestro (Guy Debord sencillamente entendió cómo se mueven).

¿Cómo hacer para luchar contra esta nueva dominación, la del espectáculo? La respuesta radica no solo en la especulación teórica sino también en la creación cinematográfica, la agitación vanguardista y la participación en el grupo conocido como Internacional Situacionista cuyas ideas tuvieron su máxima repercusión en el Mayo del 1968 . Guy Debord resulta ser un autor alejado del mercado de las modas intelectuales y su obra, a pesar de haber tenido una divulgación escasa o irregular, no ha dejado de ejercer una importante, aunque a veces secreta o silenciada, influencia en los debates de nuestro tiempo. Podríamos considerar que se trata de un pensador ocultado por las mismas fuerzas que él descubrió, las fuerzas del espectáculo, y cuya obra no se agota en el momento histórico en el que se escribió, sino que se desliza, a escondidas y latente, hasta nuestros días.

Bibliografía utilizada para escribir esta reseña:

Debord, Guy (2018): La société du spectacle. Gallimard, Barcelona.

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