Félinar de Jorge Casilla Lozano: De la ira destructora hacia la fraternidad heroica

Reseña de felinar - libro de Jorge Castilla Lozano
4.5
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Jorge Casilla Lozano es Licenciado en Educación, especialidad de Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y egresado de la maestría de Escritura Creativa de la misma casa de estudios. Su ascendente carrera literaria se inicia con El libro de los pájaros negros (2011), luego incursiona firmemente en lo fantástico con narraciones seleccionadas en exigentes antologías, verbigracia, “El del traje”, incluido en 17 fantásticos cuentos peruanos Vol. II (2012) y “Los grises”, publicado en Se vende marcianos. Muestra de relatos de ciencia ficción peruana (2015). En el 2016, fue finalista del Premio Copé de Cuento con “De lo que le pasó a don Quijote en el bosque de Roque Guinart” y también publica su primer cuento dirigido al lector infantil: “La cometa”, aparecido en Fabulador N° 4. Su primera novela juvenil es Félinar (2019), libro motivo de la presente reseña.

Félinar está dividida en 24 cantos contados por un narrador omnisciente que delinea con precisión la psicología de los protagonistas y configura estéticamente los valores que encarnan. Al ingresar a Félinar, asistimos a un reino atemorizado por la presencia de un extraño y moribundo animal hallado en el mar, amenazado por la invasión de temibles extranjeros y por la discordia de Garras y Sombras, herederos del rey Puma, quienes “a pesar de haber recibido la misma crianza y educación, eran muy diferentes” (2019: 11) y gratificado con la paz a partir de la fraternidad de los príncipes, tal como se oye en las agradecidas palabras de Garras hacia su hermano Sombras: “Mi bondad la aprendí de ti. Es parte de tu influencia, no la olvides” (2019: 184).

Los sentimientos de los protagonistas sintonizan con la evolución de las atmósferas narrativas. Así, el temor se da en una atmósfera de confusión; la ira conlleva a una atmósfera bélica y la concordia propicia una atmósfera pacífica. En ese sentido, Jorge Casilla, haciendo eco de la primera epopeya homérica, concibe que el destino del reino de Félinar está en función del sentir de los príncipes, en otras palabras, el futuro de una comunidad se configura en concordancia de las actitudes de quienes lo lideran. En efecto, Félinar se convierte en una novela en la que el lector juvenil podrá reconocer y evaluar los sentimientos de los “dirigentes” y su impacto en el rumbo de la colectividad. Ello, en mi opinión, se logra gracias a que la axiología de la novela se enmarca en un recorrido narrativo que va de la ira destructora hacia la fraternidad heroica.

La presencia de un extraño lobo llevado al Templo Dorado genera interés y preocupación entre los ciudadanos. El temor generalizado es reconocido por el narrador, quien categóricamente asevera: “La curiosidad y el miedo confundían sus corazones” (2019: 9). De primera impresión, la novela pretende integrar al lector a una atmósfera enrarecida que afecta los “corazones” de los habitantes de Félinar. No obstante, esta percepción sobre los habitantes se individualiza en los sentimientos de los hijos del rey Puma: por un lado, Sombras muestra curiosidad y confianza para conocer al extranjero, sentir que podemos reconocer en el pedido que hace a su padre: “–Con todo respeto, padre mío, señor desde las playas rosadas hasta las selvas oscuras; quiero solicitar la libertad y atención hacia este ser. Hasta el momento no se ha mostrado peligroso” (2019: 12); por otro lado, Garras expresa su miedo y desconfianza ante el foráneo, por ello, le advierte a su padre “¡Este animal no viajaba solo! Tenía compañía y quién sabe con qué intenciones malignas arribaron a nuestras tierras” (2019: 14).

Posteriormente, esta confianza de Sombras se traduce en su respeto hacia la dignidad de los amigos fallecidos de Lobo Errante, actitud que explica su decisión de sepultar los cuerpos de los dispersos en la playa: “La escena era terrible; cientos de cadáveres hinchados esparcidos por toda la arena. Sombras ordenó al general Nech, el zorro costeño, que organizara los funerales con los honores del caso” (2019: 33). Vemos, por ahora, la expresión de la compasión en el hijo menor del rey Puma, rasgo propio de un gobernante modelo; en cambio, en Garras notamos cierto recelo, sobre todo por la cantidad y las intenciones de los tripulantes fallecidos encontrados en la arena, y así se lo hace saber a su padre: “Confío en Lobo Errante. Él es un idealista, un soñador, pero su tripulación era diferente y lo mismo pienso de aquellos que lo contrataron. Padre, escúchame, centenares de animales no cruzaron las aguas solo para dibujar mapas” (2019: 41). Si bien existe preocupación en Garras por proteger el reino, su temor y desconfianza desencadenan en él sentimientos que llevarán a la destrucción de Félinar.

Justamente, luego de la muerte del rey Puma y ante el nombramiento de Sombras como señor de la Selva Oscura, los sentimientos de Garras se oscurecen más y así nos lo hace saber el narrador:
Garras estaba furioso. La ira, la envidia, el odio y el dolor confundieron su razón y en un ataque de furia dio una orden que lamentaría después.
–¡Guardias, acérquense de inmediato! –ordenó a los pumas soldados–. ¡Arresten a traidor de mi hermano y enciérrenlo de inmediato en las mazmorras! (2019: 52).

Estamos ante una escena clave ya que ingresamos a una atmósfera bélica y marca el destino de Félinar. “La ira, la envidia, el odio y el dolor” hará que Garras vea a todos como traidores y enemigos; además sus apresuradas decisiones pondrán en riesgo el reino, pues el conflicto es con sus hombres de confianza y, posteriormente, con los invasores del reino. Estructuralmente, me parece una decisión acertada de Jorge Casilla de “encerrar” a Sombras ya que suspende su protagonismo y evita atiborrar la novela de conductas aleccionadoras previsibles; así mismo le permite enfocarse en la figura de Garras para mostrarnos el otro lado de los seres humanos, aquel lado dominado por las furias. En otras palabras, en tanto novela dirigida a un lector juvenil, modera la construcción romántica de los protagonistas, pues el propósito consiste en mostrar a este lector en formación una realidad que muestre los claroscuros de la interioridad de ser humano y, por supuesto, sus consecuencias.

Así, las airadas decisiones de Garras destruyen su reino ya que pierde a sus principales hombres frente a un enemigo de poderosas armas. Es sintomático y preocupante que Garras decida un ataque marítimo sin designar un líder y, peor aún, que acepte el sacrificio de varios de sus generales sin pensar en la totalidad de la guerra. La pregunta de Sicha, en ese sentido, nos recuerda la prisa con que procede el rey: “¿Pero quién liderará la expedición marítima?” (2019: 68). El ofrecimiento de Licapa, el señor de los gallinazos, Quirquincho, el general armadillo, y Tildio, el general puercoespín, para liderar el ataque evidencia cierta improvisación, pero para Garras, si la acción significa lealtad a su persona antes que la protección real de Félinar, entonces es apreciable. Sus palabras para agradecer el sacrificio muestran resignación antes que estrategia: “El pueblo los recordará por siempre, sus hijos sabrán de su sacrificio y vivirán felices y orgullosos de ustedes” (2019: 69).

La pérdida de hombres y territorios exige graduar la ira del individuo y centrar la preocupación en el colectivo. Así lo entiende Garras y escucha el pedido de Lobo Errante para dialogar con los invasores. El narrador capta tal moderación del rey: “. ¿Qué habría hecho su padre? ¿Qué haría su hermano Sombras? Los comenzó a extrañar a los dos” (2019: 100). Extrañar es una muestra de que la ira va menguando en el interior de Garras y la decisión de liberar a su hermano significa esa recuperación de la prudencia: “Acepto mi falta … La muerte de mi padre no me dejó pensar con naturalidad. El dolor nubló mi mente y me comporté de forma terrible. (…) De inmediato, ordenaré la liberación de mi hermano (2019: 111). Garras, ahora, va dando muestras de conductas esperadas en un rey.

Si bien en un inicio Sombras se niega a brindar apoyo a su hermano y se deja llevar por el rencor, su preocupación por proteger a los habitantes de Selva Oscura es más importante que sus decisiones personales y pide consejos prontamente a su general Mono Aullador: “Dime, ¿crees que hice lo adecuado al darle la espada a mi hermano? ¿Abandonarlo a él y a todo su pueblo fue la decisión correcta? (2019: 140). En plena circunstancia bélica, Sombras y Garras muestran moderación e inteligencia para actuar. Creo importante escucharlos cuando reconocen sus errores: Sombras dirá: “Estimados generales, les pido perdón por mis actos. No me he comportado a la altura de la situación. Olvidé los principios que me caracterizaban y me dejé llevar por el dolor y por el resentimiento” (2019: 141); Garras expresará: “Si tan solo hubiera sido un buen hermano (…). Miró al cielo y pidió perdón a su padre por no haber respetado su última voluntad” (2019: 154). Los lectores, entonces, atenderán la reflexión de los reyes e imaginarán que se avecinan nuevos y buenos vientos para Félinar.
Esta reflexión de los reyes nos encamina hacia una atmósfera pacífica, pues meditar ha sido el impulso para perdonar. Debido al rencor y al odio, a veces el perdón resulta un hecho “increíble”, pero de eso también trata Félinar: de hacer creíble el recorrido de sentimientos negativos hacia sentimientos positivos. Sin duda, el diálogo entre Sombras y Garras posterior a la reflexión torna admisible el perdón de los hermanos:
– No puedo creer que hayas dejado de lado tu soberbia por el bien de tu pueblo. Tú, mi hermano mayor, el primogénito del rey Puma, el rey de Félinar, estás aquí aceptando mi hospitalidad.
– Pues créelo, hermano. Te estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por mí a pesar de que no me lo merezco. Estaré siempre en deuda contigo. Mi pueblo está a salvo gracias a ti y nunca lo olvidaré (2019: 170).

La fraternidad aflora entre los reyes y los pobladores de Félinar y Selva Oscura pueden estar más tranquilos, pues ambos pelearán por conservar la paz en sus reinos. Precisamente, los hermanos se unen para vencer al general Meleno, el de filudos colmillos: Sombras lo debilitó y lo dejó sin protección, mientras Garras “de un espadazo decapitó al invasor y apagó la luz de sus ojos” (p. 179). La decisión de Garras de liberar a los extranjeros cautivos evidencia que, finalmente, se ha producido la fraternidad heroica, no solo entre hermanos y pobladores de Félinar, sino también hacia sus rivales. Finalmente, luego de un ambiente de belicosidad, es importante gozar de la paz, ya que como dice Garras: “La guerra siempre regresará. Pero después de ella llegará la paz y tenemos el deber de mantenerla” (2019: 183). Dirigido a un público juvenil, Félinar de Jorge Casilla Lozano nos transmite una historia que, creativamente, vincula las diferentes actitudes de Garras y Sombras con el destino del reino heredado por su padre el rey Puma. Además, nos encamina hacia atmósferas narrativas acordes a las acciones de los protagonistas y a las circunstancias tensas que experimentan. Si bien por momentos el narrador omnisciente se excede al ser muy explícito con los sentimientos de los personajes, resulta bastante acertado haberlos enmarcado en un recorrido narrativo que nos permite conocer el paso de la ira destructora a la fraternidad heroica. Quedamos invitados, entonces, a oír el canto de los sucesos acaecidos en Félinar, un reino lejano, pero a su vez tan parecido al nuestro. ¡Oh, joven lector, la batalla inicial está por comenzar!

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Autor: Miguel Ángel Carhuaricra Anco

Egresado de la escuela de Literatura de la UNMSM (Perú). Escribo cuentos y canciones para mis pequeños sobrinos. Formo parte del Comité Editorial de Fabulador, Revista de Literatura Infantil y Juvenil. Actualmente, me desempeño como docente y dicto talleres sobre análisis e interpretación de textos poéticos.

2 opiniones en “Félinar de Jorge Casilla Lozano: De la ira destructora hacia la fraternidad heroica”

  1. Estimado Miguel Ángel Cuarhuaricra, la reseña que realizas a la novela Félinar, en principio, invita a su lectura, pues haces notar que está bien concebida. Todo esto se trasluce por medio de tu bien comentada lectura e interpretación de esta.
    Sé de tu dedicación a la literatura infantil y juvenil y esos esfuerzos por convertir la literatura y la lectura en general en una forma democrática y masiva, y que no sea una actividad elitista, por lo que vemos con beneplácito la labor que cumples. Estoy seguro que en tu trajinar seguirás aportando tus conocimientos hacia ese lado aún no muy bien aprovechado de la literatura infantil y juvenil.

    1. Gracias, Mario, por la lectura de la reseña. Efectivamente, intento leer, evaluar y difundir de la manera más rigurosa los libros de literatura infantil y juvenil. Como bien mencionas, campo poco aprovechado artísticamente. Te mando un fuerte abrazo.

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