El policial es un género que tiene la capacidad de adaptarse a cualquier época y a cualquier tipo de historia que uno quiera contar, de ahí su vigencia y su atractivo para un público muy variado. El escenario de los policiales son los urbanos, en la mayoría de los casos, en las calles y zonas con los que el lector está familiarizado. Los personajes son personas comunes, que bien pueden ser los vecinos o el lector mismo. Este tipo de género está íntimamente ligado con la vida cotidiana, sea que retrate algunos rasgos de estas para representar el escenario del crimen o cuando el investigador interactúa con sus compañeros y el entorno que parecen funcionar como piezas en un mecanismo que parece poco aceitado la mayor parte del tiempo.
El policial argentino ha sido influenciado por las narrativas foráneas y ha sabido incorporar sus características para representar el quehacer y sentir de las almas argentinas. La búsqueda de un sospechoso, la resolución de un enigma, un cadáver que delata más de lo que el asesino quiere ocultar, todo ello son excusas para contar historias sobre las subjetividades y sus narrativas, casi siempre, contradictorias y fragmentadas. Este es el caso de la novela Cabeza robada: autopsia de un sargento, cuyo recorrido de lectura toma dos direcciones principales, el exterior y el interior del narrador.
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A medida que nos adentramos en el enigma policial, nos encontramos con otro mucho más imbricado, el alma y la mente del sargento que lleva la investigación. Los «qué», «quién», «cómo», «cuándo» y «dónde» remiten a la voz que hace las preguntas, cual eco ante un espacio vacío. La novela nos lleva a participar a una autopsia en vivo de un sargento que intenta no quedar devorado por su propia investigación de un crimen.
Lona ha logrado en su primera novela una narrativa de lectura dinámica en la cual quedamos inmediatamente atrapados por sus imágenes y poética de clara herencia del absurdo y del existencialismo.
Matías Gabriel Lona es dramaturgo, escritor y profesor de teatro. Nació el 15 de julio de 1981 en Córdoba, Argentina. Cofundó la compañía de teatro independiente Dushanoy junto con la actriz argentina Cristina Medina. Escribió, dirigió y puso en escena dos obras de teatro en la provincia de Córdoba, Argentina, Las cuerdas del marionetista (2016), en Casa de la cultura (Villa Allende) y en Casa Grote (Córdoba) y El juego de hacer silencio (2017), en Quinto Deva (Córdoba) y en Teatro de la Calle (2018). Su ópera prima, Cabeza robada: autopsia de un sargento (2018) fue publicada en Amazon.
Me encanta, me dieron muchas ganas de leerla, la leí y realmente es tal cual lo que dicen.