El fantasma de Canterville o americanos modernos en una casa de espantos

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El Fantasma de Canterville es tal vez uno de los cuentos más famosos del mundo occidental y una de las narraciones más conocidas de Oscar Wilde. Pero ¿por qué una obra que tiene más de 100 años de ser publicada sigue siendo tan famosa? En esta reseña y comentarios sobre el libro se pretender dar una respuesta.

El Fantasma de Canterville

El cuento El Fantasma de Canterville ha sido una de las obras de la literatura que más veces han sido llevada al cine y al teatro, tal vez porque representa un gran punto de giro en el mundo de los fantasmas: el fatídico fantasma de Caterville no puede asustar a una familia americana (la familia del ministro Otis) que encarnaba un nuevo racionalismo y pragmatismo.

El fantasma de Sir Simon de Canterville queda desarmado ante la ausente sensibilidad de espanto de unos americanos modernos. Este es el cuadro que usa Oscar Wilde para mostrar la mirada y valores diferentes que por aquel entonces (1887 fue el año de publicación) mostraba la sociedad americana.

Los Otis no se asustan

Dice el cuento: “… la conversación de los americanos cultos que pertenecen a las clases elevadas, como, por ejemplo, la inmensa superioridad de miss Fanny Davenport sobre Sarah Benhardt, como actriz; la dificultad para encontrar maíz verde, galletas de trigo sarraceno y el hominy aun en las mejores casas inglesas, la importancia de Boston en el desenvolvimiento en el alma universal; las ventajas del sistema que consiste en anotar los equipajes de los viajeros y la dulzura del acento neoyorkino, comparado con el dejo de Londres. No se habló para nada de lo sobrenatural, no se hizo ni la menor alusión  indirecta a Sir Simon de Canterville”.

Estados Unidos se erigía como potencia mundial a finales del siglo XIX y era sinónimo de una sociedad pujante, prometedora, capitalista y con  supersticiones que la cultura inglesa. Mister Otis decide comprar el castillo pese a la advertencia de la existencia de un espectro que llevaba a la muerte.

El grosero materialismo de Mistress Otis

El grosero materialismo de Mistress Otis”, dice el fantasma Sir Simon Canterville, es una de las actitudes que le molestan en general de la familia americada. Mistress Otis y sus hijos no se asustan con el fantasma de Canterville, y por el contrario le tratan como a un pobre vivo o le gastan pesadas bromas.

Cuando el fantasma aparece el Ministro Otis le dice: «Mi distinguido señor permítame que le ruegue vivamente que engrase esas cadenas. Le he traído para ello el engrasador Tammany Sol Naciente. Dicen que es eficacísimo, y que basta una sola aplicación… Voy a dejársela aquí, al lado de las velas, y tendré un verdadero placer en proporcionarle más, si así lo desea».

Que los americanos no se asusten del terrorífico fantasma no deja de ser también algo muy cómico y absurdo hasta cierto punto.

La pequeña Virginia y la catarsis

La más joven de la familia Otis, Virginia, es la única que tiene la suficiente serenidad para escuchar al fantasma, quien le dice “llevo ya trescientos años sin dormir, estoy cansado”.

Virginia es el catalizador a través del cual el fantasma de Canterville logra hacer su catarsis. Pero antes Virginia le ha invitado a abandonar su intención de asustar de muerte a todos cuantos vienen a Canterville. Le aconseja emigrar a Estados Unidos y “vender” en la sociedad el hecho de ser el antepasado de quién sabe cuántos americanos que no conocen su procedencia familiar y antepasados ingleses.

Este cuento de Oscar Wilde es bello, pero también es una breve reflexión sobre las nuevas sensibilidades que se construían en su tiempo. Wilde fue una persona con una alta conciencia social como se puede ver en su ensayo el alma del hombre bajo el socialismo.

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Autor: El come libros

De la familia Liber Devoratoribus, un come libros promedio que necesita ingerir diariamente una cuota de letras para subsistir. Ese alimento lo digiere, transforma y entrega en forma de reseñas y análisis de libros.

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