El gran Gatsby, breve reseña y análisis

Reseña de El gran Gatsby - novela de F Scott Fitzgerald
4.3
(71)

El gran Gatsby encarna a un arquetipo de hombre: un personaje anónimo de un pueblo desconocido, pobre pero soñador, sin títulos pero disciplinado, un enamorado que encuentra la prosperidad económica gracias a un padrino y un negocio fácil. Un hombre que se inventa a sí mismo pero que muere joven y sin final feliz, y en ese sentido es un modelo trágico. Dicho rápidamente, este es el personaje creado por Francis Scott Fitzgerald en su novela El gran Gatsby, publicada en 1925. Una de las novelas insignes de la literatura norteamericana del siglo XX y que bien retrata el espíritu de esos años: Estados Unidos entre la Primera Guerra Mundial y la recesión económica de 1929, una época en la que “el sueño americano” era el gran deseo colectivo, una época en la que el dinero, sin importar cómo, era el sueño de todos, una década de lucha contra el contrabando de licores, negocio que, en la novela, había hecho de Jay Gatsby lo que llamaríamos un nuevo rico.

El gran Gatsby (1925)
Francis Scott Fitzgerald
Anagrama. Barcelona. 2012
Traducción y epílogo del escritor Justo Navarro

Esta novela ha sido llevada al cine en dos ocasiones. En 1974, dirigida por Jack Clayton. Y en 2006, dirigida por Baz Luhrmann.

La manera en que está estructurada esta novela y los triángulos amorosos que se entablan es de una amena genialidad literaria. El contexto está dado por la atmósfera de Nueva York en los años 20, una década que prometía diversión, trabajo y crecimiento económico en una ciudad efervescente. Los años 20 en N.Y., una sociedad con grandes proyectos de construcción y una élite de gente snob que va de compras y bebe en áticos y hoteles; años en los que el jazz era un género nuevo. De fondo, en «la banda sonora» de la novela suena la canción “Ain’t Misbehavin’”. El narrador de la novela es Nick Carraway, exalumno de Yale, un joven oriundo del oeste que se aventura a vivir en la costa este de Estados Unidos para realizar las promesas económicas y modernas que allí tenían lugar. Es primo de Daisy Buchanan, esposa del millonario Tom Buchanan, quienes viven en una gran casa en “east egg”. Por otro lado, Nick renta una vieja casa en el sector de “west egg”, justo al lado de una gran mansión que brilla por unas fiestas extraordinarias y multitudinarias. Nick conoce a Jay Gatsby porque da la casualidad de que éste es el anfitrión de las fiestas. Todos lo conocen como el Gran Gatsby, y todo el mundo habla de él e inventa historias acerca de su fortuna.

La tensión dramática de la novela está en el hecho de que Daisy es el gran amor de Gatsby, de quien tuvo separarse por servir en la Primera Guerra Mundial. Ser un buen soldado, ascender y convertirse en un héroe de guerra, regresar y buscarse la vida, todo, tenía el propósito de cumplir su propio sueño romántico: regresar al amor con Daisy después de la guerra. Su gran mansión está a un lado de la bahía y la casa de los Buchanan, ricos de cuna, en el otro. Desde allí, Gatsby ve la luz verde de la casa de los Buchanan, tan cerca y tan lejos de Daisy.

El Gran Gatsby representa el rápido ascenso social soñado por todos los pobres, pero también la ilusión por recuperar el amor perdido. En contraste, Tom Buchanan es un supremacista, y en ese sentido refleja el conflicto social, cultural, económico y racial tan inherente a los Estados Unidos. En una conversación entre Nick y Tom, éste expresa su preocupación por la civilización que se derrumba y cita el libro ficticio “El ascenso de los imperios de color”, un título creado por F. S. Fitzgerald que disfraza o sugiere a un libro real publicado en 1920: “La marea creciente de color contra la supremacía mundial blanca” de Lothrop Stoddard.

A su vez, Tom Buchanan tiene un amante, Myrtle Wilson, esposa de Señor Wilson. Los Wilson son una pareja infeliz de clase media baja que administran un local al lado de la carretera que va de Nueva York a Long Island. En la carretera se ve el gran anuncio publicitario del Doctor T.J Eckleburg, un oculista, un gran símbolo en la novela: el ojo que todo lo ve, la tensión entre la mentira y la verdad. También puede expresar a “los ojos del mercado” o “los ojos de la publicidad”. Otro personaje completa el cuadro, la jugadora de golf Jordan Baker, también de buena posición social, con quien Nick entabla amistad y un amor que no llega a buen término. Es ella quien revela a Nick que Daisy y Gatsby habían tenido un amor adolescente años atrás en 1917. Nick Carraway cuenta el desenlace de la vida de Gatsby, contando su propio destino. Jay Gatsby se llamaba James Gatz antes de la guerra y había tenido la suerte de conocer a un hombre con un yate, Dan Cody, que lo había apadrinado. Después, al regresar de la guerra había conocido a Meyer Wolfshiem, un señor del contrabando de licores que había acogido bajo su ala a Gatsby.

El epílogo incluido en la edición citada es muy revelador detallando las equivalencias entre los personajes y otros detalles, como que la revista Liberty se negó por aquel entonces a publicar la novela por entregas por considerarla una “historia inmoral de amantes y adúlteros”. Comenta Justo Navarro que la novela presenta un juego de espejos: la pareja resplandeciente de los Buchanan vs el matrimonio miserable de los Wilson; Jay Gatsby y Nick Carraway, dos desplazados, llegados del oeste para prosperar, los dos con ínfulas de grandeza; “Gatsby pierde la cabeza por amor, pero Carraway se enamora tan rutinariamente que se aburre y se desilusiona en el camino” (2012: 194). Gatsby y Buchanan persiguen a la mujer de otro. Myrtle Willson y Gatsby, ambos son los amantes clandestinos, ambos están ilusionados, sueñan, él volviendo al pasado, ella en un futuro mejor.

El desenlace de la novela es intenso y el relato lo va incubando poco a poco. Mientras Tom, Nick, Gatsby, Daysi y Jordan beben wiskey en un hotel, Tom y Gatsby discuten. Tom ya veía que había algo entre su esposa y Gatsby. Éste último rompe el secreto y le dice que Daisy no lo quiere, que hay algo más real y puro entre ella y Gatsby. Tom se resiste y Daysi queda entre uno y otro. Ella titubea. Llama la atención que Daysi no se decanta totalmente por Gatsby. Rabioso, Tom saca a lucir su rancio supremacismo y dice “el siguiente paso será tirar todo por la borda y permitir los matrimonios entre negros y blancos” (2012: 139). No obstante, Gatsby y Daysi dejan el lugar juntos, todo parece que el Gran Gatsby conseguirá cumplir su sueño. Tom Buchanan se va con los demás. Desafortunadamente, en la carretera que conduce hacia Long Island Myrtle Willson, sale al encuentro del coche de Gatsby y muere atropellada. Myrtle creía que era el coche de Tom. Pero en realidad, era Daysi quien iba al volante, junto a Gatsby. Este accidente tiene como consecuencia dos cosas: que Daysi y Tom hablan sobre esto, y con este siniestro se afianzan, y segundo, que gracias a Tom el Mr Willson encuentra que el coche homicida era en realidad el de Gatsby, por lo cual lo busca, lo encuentra en la piscina de su gran mansión y allí lo mata. El destino trágico del Gran Gatsby se cumple.

Una de las características más sobresalientes de la novela El Gran Gatsby es el contexto en que transcurre y la habilidad del escritor para escenificarlo. F. Scott Fitzgerald incluye las canciones que por entonces más sonaban en Nueva York, haciendo una banda sonora que sumerge al lector en esa época. A saber: “Ain’t misbehavin” de Fats Waller, “I’m the sheik of araby” de Harry B. Smith, “Love nest” de Louis A. Hirsch, “Ain’t we got fun” de Richard Whitting, entre otros. Aunque muchos momentos representan a la clase alta de Nueva York, Nick Carraway también da cuenta de la sensación de los trabajadores a pie de calle: “En el crepúsculo encantado de la metrópolis algunos días la soledad se volvía obsesiva, e incluso la sentía en otros, empleados jóvenes y pobres que mataban el tiempo delante de los escaparates y esperaban la hora de cenar solos en un restaurante; empleados jóvenes que al anochecer desperdiciaban los momentos más maravillosos de la noche y de la vida” (2012: 68). Esto último resulta contemporáneo.

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Autor: El come libros

De la familia Liber Devoratoribus, un come libros promedio que necesita ingerir diariamente una cuota de letras para subsistir. Ese alimento lo digiere, transforma y entrega en forma de reseñas y análisis de libros.

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