Señor lector, esta es una breve reseña de La vida es sueño, una de las obras más destacadas del Barroco europeo. Si usted alguna vez se ha preguntado qué es la tragicomedia, en este libro de Pedro Calderón de la Barca podrá encontrar el mejor ejemplo. Además de ser una obra genial de la literatura de El Siglo de Oro Español y el Barroco del siglo XVII, La Vida es Sueño sigue siendo un drama perfectamente contemporáneo. Aunque la obra fue presentada o publicada en 1635, cualquier persona actualmente puede leerla y entenderla. Una de sus frases más llamativas: “Sé que soy compuesto de hombre y fiera” dice Segismundo, el personaje principal.
La vida es sueño para Segismundo
El príncipe Segismundo es un sujeto prisionero en una torre escondida en un bosque. Allí ha aprendido de todo, rodeado de esa naturaleza tan contrastante con su propia condición de injusto preso.
La segunda escena de esta maravillosa obra de teatro barroco comienza con el lamento de Segismundo, quien se pregunta por qué el cielo le castiga con semejante prisión, que él no recuerda haberla merecido.
Acaso, el haber nacido es razón o pecado suficiente para merecer esa torre apartada del mundo donde sólo las cadenas y las viejas pieles de fieras lo visten… Clotaldo le dice sus penas son tan grandes que por ley del cielo, antes de nacer “moriste”. “Pues el delito mayor del hombre es haber nacido”.
El príncipe Segismundo ha sido condenado a la torre porque su padre el rey Basilio, Sapiens dominatibur astros, vio en el cielo un mal presagio. Creyó que Segismundo traería el reino a pique, así que lo dejó aislado secretamente, como a un muerto en vida.
Basilio decide que es hora de probar a su hijo, porque si bien los astros predijeron catástrofe, también el albedrío podía mostrar cambios frente a tal destino. Lo lleva entonces al palacio cuando está dormido, bajo el influjo del opio, y lo hace despertar lleno de pompa, adornado como el príncipe que es.
Al darse cuenta de todo, Segismundo da rienda suelta a su ira, confirmando la sospecha de su padre, quien se arrepiente y lo lleva de regreso a su prisión, “entre sueños”, para que al despertar de nuevo piense que todo había sido producto de su vida onírica. Efectivamente, Segismundo, que por su insatisfecha sed de libertad había dado rienda suelta a su violencia y tiranía, cree que todo había sido sueño, y se confunde…
Sus reflexiones lo llevan a preguntarse acerca de la vida, si es efímera como un sueño. Aun así entiende que el obrar debe ser justo y honesto, sin importar si es ilusión o sueño. Sus partidarios lo sacan de la torre y desde allí jura recuperar su lugar. Cuando, ya vencedor, se encuentra con su padre, Segismundo lo perdona, demostrando su crecimiento interior.
La vida es sueño, sobre realidad y libertad
Calderón de la Barca es uno de los escritores españoles más importantes de todos los tiempos y con La Vida es Sueño ha logrado despertar la risa con una narración trágica. Yo diría que con este libro se alza como el máximo exponente de la tragicomedia en la historia de la literatura.
La vida es Sueño también tiene un cuestionamiento de fondo sobre la percepción de la realidad. ¿Qué es realidad y qué es sueño o fantasía? ¿es la realidad algo objetivo o es algo que depende de lo que creemos percibir o incluso de lo que nos dicen que es real?
Por una parte, la obra recuerda a Platón y su planteamiento sobre la «realidad de este mundo» como una especie de sueño en el cual solo vemos reflejos de otro mundo más cierto y real, el mundo de las ideas.
También hay que situar esta obra en el siglo XVII y un contexto profundamente cristiano. La obra expresa así el pecado de un padre al ocultar la verdad a su hijo; un rey persuadido por lecturas de los astros, algo profano para la España del siglo XVII, que decide encerrar a su hijo en una torre aislada.
«El delito mayor del hombre es haber nacido». Parece ser que este planteamiento de Calderón tiene algunos antecedentes en los místicos sufís persas, en Plinio el Viejo, en Platón y en Santo Tomás. Algo parecido dirá posteriormente Cioran. Cioran lo dice por el mismo. Calderón lo pone en boca de un personaje. No se hasta que punto lo representa a el. Creo que Calderón tiene un componente religioso que no tiene Cioran.