Reseña de «En este ir a América. Los inicios de la enseñanza del español en los Estados Unidos (1909-1939)»

reseña del libro En este ir a América Los inicios de la enseñanza del español en los Estados Unidos
4.6
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Aunque no aparece en el título, el género textual al que se puede adscribir este trabajo es a la crónica, una crónica como resultado de una extraordinaria investigación, exhaustiva, profunda, detallada, concluyente, coherente con el título, cimentada en una impresionante labor de documentación con decenas de citas, testimonios directos y referencias explícitas. Y pertenece a esa clase de género textual porque no le falta ninguno de sus ingredientes: Unos hechos que suceden en un período de tiempo concreto, unos protagonistas que intervienen en su desarrollo, unos contextos históricos, sociales y políticos reales y una actitud de natural objetividad por parte del autor.

Relata un episodio importante de la historia del español, la implantación de la lengua española en Estados Unidos desde comienzos del siglo XX (con referencias precisas a los antecedentes de siglos anteriores, especialmente, al XIX) y su posterior expansión por el país; una empresa que no fue sencilla y que gracias al empeño, la dedicación y la profesionalidad de quienes se embarcaron en tan fascinante misión tuvo un final feliz. Fueron muchas las personas que intervinieron, pero hubo dos que se distinguieron a quienes dedica sendos capítulos: Ramón Menéndez Pidal y Federico de Onís. De don Ramón describe ampliamente su faceta como gestor, una labor no suficientemente reconocida que a mí me ha sorprendido gratamente. Lo muestra como el verdadero motor de ese desafío debido a su prestigio científico y profesional unánimamente reconocidos por eso se acepta su liderazgo y eso hace que su persona esté omnipresente en la mayoría de las instituciones dirigiendo y ejecutando una labor administrativa y educativa al mismo tiempo; es el alma mater del Centro de Estudios Hispánicos desde donde actúa como promotor de los cursos para extranjeros en los que crea e impulsa una metodología innovadora, que no ha perdido vigencia en la actualidad, para facilitar el aprendizaje del español y propagarlo por los EE. UU. En cuanto a Federico de Onís, discípulo de Menéndez Pidal, cito textualmente las palabras del profesor Pedrazuela, fue: «el primer profesor encargado de una cátedra de español en la Universidad de Columbia, uno de los fundadores del Instituto de las Españas y el gran dinamizador de la difusión de la lengua española y la cultura hispánica en los Estados Unidos»; además «fue el pionero, el que abrió el camino hacia los Estados Unidos para muchos filólogos que encontraron en ese país el lugar donde llevar a cabo su trabajo, y que aún hoy siguen en sus universidades acogiendo a profesores españoles o hispanoamericanos para continuar la difusión de nuestra lengua y cultura». De ellas se deduce que su quehacer en ese cometido fue determinante, estuvo a la altura de su maestro. No fueron los únicos, en esa ‘aventura’ colaboraron decenas de personas citadas puntualmente por el profesor Pedrazuela: filólogos, escritores, profesores, historiadores, intelectuales, artistas, músicos, pintores…, como Tomás Navarro Tomás, Américo Castro, Antonio García Solalinde, Amado Alonso, Unamuno, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán, Gabriela Mistral, Alberti, Jorge Guillén, Concha Espina, Blasco Ibáñez…, y un largo etcétera.

Pedrazuela Fuentes, Mario
En este ir a América. Los inicios de la enseñanza del español en los Estados Unidos (1909-1939)
Ediciones Cátedra, Madrid. 2023
288 páginas

Pero la empresa no habría sido posible sin las instituciones que crearon o en las que participaron. Fueron numerosas, unas españolas y otras americanas que aparecen extensamente reseñadas de las que cito una pequeña muestra. En cuanto a las primeras, el Centro de Estudios Históricos, la Junta para la Ampliación de Estudios, la Residencia de Estudiantes, la Universidad de Madrid; de las americanas el Instituto de las Españas que fue «el primer centro creado fuera del territorio español para difundir la lengua española y la cultura más allá de nuestras fronteras […] podríamos considerarlo como el primer antecedente del Instituto Cervantes», la Universidad de Columbia, el Institute of Internacional Education, la American Association of Teachers of Spanish, la Columbia University, la Hispanic Sociaty, la Escuela Española de Middlebuy, todas muy relevantes y de todas aporta el profesor Pedrazuela información precisa para conocer la metodología didáctica que aplicaron. Sorprende mirar cien años atrás y comprobar cómo la práctica de la enseñanza y aprendizaje del español no se limitara únicamente a las clases teóricas. Relata con mucho detalle cómo Menéndez Pidal, en 1912, bajo el paraguas del Centro de Estudios Históricos, creó y dirigió los primeros cursos de español para extranjeros en la Residencia de Estudiantes. En su desarrollo impulsó una metodología basada en una enseñanza práctica, complementaria de las clases teóricas, mediante actividades pedagógicas como conferencias, excursiones turísticas, viajes culturales, conciertos, recitales poéticos, representaciones teatrales, visitas a exposiciones, contacto directo con nativos y otras de la misma índole. Una metodología que se extendió posteriormente a otras instituciones españolas y americanas, especialmente asumida por el Instituto de las Españas; además, también organizaba cursos para formar a los futuros profesores de español en EE. UU. Pero como señalé al principio, no fue una tarea sencilla, hubo dificultades de diferente naturaleza que obstaculizaron el proceso sin llegar a impedirlo. Posiblemente, la contrariedad más destacada, aunque no la única, fue la rivalidad con las lenguas extranjeras ya asentadas en los Estados Unidos, el francés, el alemán y el italiano, cuyos representantes se resistieron a aceptar la competencia de una lengua que consideraban inferior a las suyas, pero fracasaron en su propósito.

El profesor Pedrazuela expone algunas cuestiones muy relevantes originadas durante proceso de implantación del español en EE. UU. que trascienden el ámbito lingüístico y lo condicionaron, y que después de cien años siguen siendo actuales. Por ejemplo, el motivo por el que el español interesó en EE. UU. no ofrece dudas: «fueron los intereses comerciales los que abrieron las puertas de las aulas de institutos y universidades estadounidenses al español, que aunque era una lengua que había hecho grandes aportaciones a la cultura universal, no se encontraba en la situación preponderante en la que se hallaban las otras». La economía y el comercio han sido señalados siempre como los grandes propagadores de las lenguas, en esta ocasión la norma se cumplió fielmente. Por otro lado, la rivalidad entre el español de España, castillian, y el de Hispanoamérica, spanish-american, provocó un enfrentamiento político por ganarse el favor de EE. UU, un conflicto absurdo según Federico de Onís porque son modalidades de una misma lengua, una polémica que no ha desaparecido porque en el último Congreso de la Lengua Española celebrado el año pasado en Cadiz se escuchó la propuesta de llamar ‘ñamericano’ al español de Hispanoamérica con el ánimo de diferenciarlo del español de España. Otro asunto de consecuencias extralingüísticas que pervive en la actualidad fue la inclusión en los cursos para extranjeros las literaturas y lenguas gallegas, vascas y catalanas, además del sefardí y el filipino, que correspondía al concepto de las Españas por considerarlas lenguas hispánicas, un hecho que se aceptó con normalidad pero muy criticado por ciertos sectores políticos y sociales en la actualidad. Estos hechos constituyen el peaje que las lenguas, en este caso el español, deben pagar para expandirse y evolucionar conforme a su propia naturaleza. Al final, el trabajo se completa con una extensa e interesante bibliografía relacionada con todos los asuntos investigados.

Por todo ello, el profesor Pedrazuela ha conseguido que En este ir a América. Los inicios de la enseñanza del español en los Estados Unidos (1909-1939) se haya convertido en una obra imprescindible, esencial, para conocer una parte importante de la historia de la lengua española. Hacía cuatro siglos que el español había llegado a la tierra que luego sería Estados Unidos, pero su uso y estudio durante ese tiempo había despertado poco interés, estaba prácticamente marginado, fue a partir de comienzos del siglo XX cuando surgió la necesidad de aprenderlo, circunstancia ideal para quienes estaban deseando enseñarlo, porque con mucho esfuerzo, generosidad, profesionalidad, dedicación y visión de futuro, venciendo innumerables obstáculos, se empeñaron en expandir el español por el país más poderoso del mundo y lo consiguieron, y eso merece un reconocimiento justo y honesto al que contribuye esta extraordinaria e intachable investigación.

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Autor: Fernando Bringas

Doctor en Filología Románica por la Universidad de Deusto, ha sido catedrático de Lengua y Literatura en el IES Santa Clara de Santander. Ha dedicado 45 años a la enseñanza de la lengua y la literatura en diferentes niveles educativos, desde la enseñanza primaria a la universitaria; también ha sido ponente y profesor tutor del CAP y del Máster del Profesorado de Secundaria durante varios años. Ha impartido más de cincuenta cursos sobre 'Cómo escribir correcta y adecuadamente en español' a diferentes colectivos (profesores, funcionarios, policías…); ha prologado varios libros, publicado más de sesenta artículos, varios libros y reseñas sobre la educación lingüística y literaria, sobre la situación del español en el mundo y en España y sobre crítica literaria (Pombo, Delibes, Gerardo Diego, José Luis Hidalgo, entre otros).

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