La relación de amor entre sus padres inspiró a Gabriel García Márquez para escribir El amor en los tiempos del cólera, el romance por el que según decía, le gustaría ser recordado. Una entrañable historia que reflexiona sobre el amor, la vejez o la espera.
Muchos han sido los análisis que se han hecho sobre esta novela, que los más críticos han calificado de secundaria en la obra de García Márquez. Se le ha atribuido un cierto aire “folletinesco”, como si este género, al que el autor hace un homenaje, fuera per se una ficción irrelevante.
El folletín nace en el siglo XIX con el Romanticismo francés. La alfabetización de las clases humildes supuso la creación de un formato novelesco de consumo rápido y barato. Una historia contada por entregas en periódicos o revistas, construida con argumentos poco plausibles, giros narrativos inverosímiles y un pobre desarrollo de la psicología de los personajes. Sin embargo, resulta interesante destacar la labor de estos panfletos en la difusión de la lectura ¡Cuánto debía fantasear la clase trabajadora, tras un día largo de trabajo y penurias, inmersa en las páginas de un folletín!, ¡Cuántas las que empezaron a leer gracias a este denostada publicación semanal!
Algunos escritores publicaron sus novelas en este formato, y solo después, sus relatos fueron compilados en el formato de novela. Tal es el caso de Sir Arthur Conan Dyle, con sus novelas sobre Sherlock Homes, por ejemplo El Perro de los Baskerville, la última en ser publicada.
García Márquez hace, por tanto, un tributo merecido a una manifestación literaria heterogénea que ha supuesto un primer contacto con la literatura para mucha gente. Al fin y al cabo, durante siglos la lectura estuvo reservada a las clases altas. Aún hoy, con la “democratización del conocimiento”, el número de libros que hay en una vivienda se considera un indicador para medir las desigualdades de capital cultural entre familias.
Más allá de esta reivindicación del folletín, esta novela es un tratado sobre el amor. García Márquez realizó un trabajo de investigación previo a la escritura donde entrevistó a sus padres por separado. Sus preguntas acerca de la relación de amor de ambos le ayudaron a profundizar en los diferentes tipos de afecto entre los personajes.
Así pues, al autor desarrolla diferentes tipos de relaciones amorosas: el amor clandestino y platónico de unos jóvenes Florentino y Fermina, los altibajos en el amor cotidiano dentro del matrimonio entre Fermina y Juvenal y, paralelamente a este amor, el disfrute de los amores carnales de Florentino con centenares de mujeres. Los relatos de sus escarceos sexuales acaban muchas veces de manera trágica y enrevesada, un guiño a los sucesos estrafalarios que se suceden en algunos folletines sentimentales. Finalmente, el autor desarrolla el amor en la vejez a través del reencuentro entre Florentino y Fermina.
La historia de amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza
La historia de amor entre los dos personajes de la novela se inicia en una ciudad no nombrada, sin embargo, a lo largo de la historia se hacen varias referencias que sitúan la acción en algún lugar del Caribe colombiano. Por los datos que se infieren de las descripciones del autor podría ser Cartagena de Indias entre 1870 y 1930.
La ciudad donde suceden todos estos acontecimientos es un caluroso lugar donde la gente habita las plazas y las calles y deja que las cosas sucedan. Los personajes pueden sentarse en un banco sin tener una idea clara de cuál será su paso siguiente. Esta manera de vivir evoca la espera, uno de los temas centrales de la novela. Y es que el protagonista, Florentino Ariza, esperará a su amada durante nada menos que cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días.
El fin de este “hacer tiempo” tiene su detonante en la muerte de Juvenal Urbino, fallecido en un giro maravillosamente inverosímil. Este viraje parodia u homenajea, o las dos cosas a la vez, según se mire, los puntos de giro rocambolescos que acontecen en los folletines. El médico y marido de Fermina sucumbe a la muerte tratando de alcanzar a su única mascota, un loro que compró su amada esposa. Es entonces cuando Florentino Ariza, eterno enamorado de Fermina, reaparece para reiterarle su afecto:
«Fermina Daza despidió a la mayoría junto al altar, pero acompañó al último grupo de amigos íntimos hasta la puerta de la calle, para cerrarla ella misma, como lo había hecho siempre. Se disponía a hacerlo con el último aliento, cuando vio a Florentino Ariza vestido de luto en el centro de la sala desierta. Se alegró, porque hacía muchos años que lo había borrado de su vida, y era la primera vez que lo veía a conciencia depurado por el olvido. Pero antes de que pudiera agradecerle la visita, él se puso el sombrero en el corazón, trémulo y digno, y reventó el absceso que había sido el sustento de su vida.
-Fermina -le dijo-: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre»
Además de por esta muerte, algunos de los acontecimientos serán precipitados por el cólera, que asolaba la zona, y que aparece en diferentes partes del relato. Esta enfermedad arroja a los personajes a una esfera de acción donde sus vidas cambian para siempre. Fermina conocerá a Juvenal, su médico y futuro marido, tras creerla su padre enferma de cólera. Por otro lado, durante el viaje final de Fermina y Florentino por el río, ambos viajarán en un barco con la bandera que indica que los pasajeros han contraído la enfermedad.
Este viaje final donde el amor se desarrolla en la antesala de la muerte nos conecta con el tema de la vejez. Dice el investigador Josep E. Baños, en su artículo El valor de la literatura en la formación de los estudiantes de medicina que esta novela permite conocer a través de los hechos narrados las limitaciones físicas que conlleva el paso del tiempo y la manera de sobrellevarlas. Lo hace, por supuesto, de una manera diferente a la de los textos académicos de medicina. Es extraordinario que una historia que hace un homenaje al folletín sentimental acabe siendo una referencia informativa para los estudiantes de medicina. Eso solo puede conseguirlo García Márquez.
Fuentes:
- Baños, J. E. (2003). El valor de la literatura en la formación de los estudiantes de medicina. Educación médica, 6(2), 37-43.
- Centeno, A. M. G. E. (2012). Memoria del folletín en la prensa romántica: heterogeneidad y modos literarios en El Correo Nacional (1838-1842). Arbor, 188(757), 965-977.
- León, S. J. (2006). Reescritura del discurso amoroso occidental en El amor en los tiempos del cólera. Káñina.