Reseña de «Cuentos Únicos», compilación y edición de Javier Marías

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Los 22 cuentos únicos recogidos en esta publicación son una antología heterodoxa del cuento de terror y fantástico del Reino Unido de la primera mitad del siglo XX. Javier Marías ha bautizado a esta compilación como “Cuentos Únicos” porque son una muestra de relatos poco conocidos, de autores que pasaron sin tanta atención mediática, salvo excepciones, y que acertaron con uno o pocos cuentos. Marías escribe una frase muy cierta en el prólogo: “lo escrito y olvidado es incomparablemente más vasto que lo escrito y recordado” (2023: 10). Hay mucha literatura que no ha quedado en la malla del colador de la historia y en ese sentido este libro también es un acto de rescate. En esta antología sorprende encontrar algo de Sir Winston Churchill, héroe de guerra e insólito premio Nobel de literatura en el año 1953. Dice Javier Marías que en la historia de la literatura se puede estar por lo cuantitativo, con numerosos títulos, o por lo cualitativo, con una obra exigua, con uno o pocos títulos, pero de alta calidad. El premio de Churchill es polémico, aunque su cuento “Hombre al agua” (1899) es interesante, inspirado seguramente en sus viajes a Medio Oriente. Por otro lado, el cuento La otra cama de E.F. Benson es bueno e inquietante, pero no es tan “único”, en la medida en que este autor publicó más de 100 títulos, entre los cuales hay un buen número de relatos fantásticos o de horror. Por lo menos, Javier Marías dice que este cuento es “único” para él como lector.

Esta compilación brilla por ser una expresiva muestra del cuento y del nombrado género y de la literatura inglesa de la primera mitad del siglo XX. También es una expresión de su editor, ya que enseña un criterio, o un gusto, o una decisión, por lo menos una lectura selectiva, también única, de Javier Marías y que por esto lo retrata.

Cuentos únicos
Javier Marías, ed.

Penguin Random House. Barcelona. 2023
305 páginas
Traductores: Alejandro García Reyes, Antonio Iriarte y Javier Marías

Javier Marías escribió 4 libros de cuentos y 16 novelas, fue traductor y profesor de literatura en Oxford (su novela “Todas las almas” transcurre en ese contexto). Es decir, hay indicios para creer que Marías conocía la literatura inglesa. Como escritor, entre los 22 textos de Cuentos únicos Javier Marías se permitió incluir uno de su propia autoría, pero firmado con un pseudónimo. Mientras leía el libro este cuento escondido me generaba mucha expectativa y despertaba mi instinto de detective. El cuento camuflado de Marías es “La canción de Lord Rendall”, firmado con el nombre de James Denhan. Lo he descubierto por la poca veracidad, a mi juicio, del comentario bibliográfico que antecede a cada uno de los cuentos de la publicación. “La canción de Lord Rendall” retrata la conocida pesadilla de un hombre que vuelve a casa después de la guerra y antes de entrar decide asomarse a la ventana, pero encuentra que hay otro hombre que se comporta como el nuevo marido de su mujer, y más tarde, descubre que aquella persona es igual a él; tiene su misma cara, es él mismo, pero siendo otro. Este otro discute y estrangula a su mujer. El cuento es de buena factura e interesante.

Este libro puede ser un ejemplo de lo que Walter Benjamin escribía en su ensayo “El narrador: sobre la obra de Nikolái Leskov” (1937). Benjamin explica que, a diferencia de la novela, el cuento tradicional está cargado con cierta sabiduría, cierta capacidad de aconsejar, cierto gatillo que dispara la reflexión en el lector y el escucha, cierta moraleja. En el caso del género fantástico, de terror y de horror, merece la pena preguntar: ¿al relacionarse frecuentemente con el mal, lo sobrenatural y el dolor, la “reprenda” moral queda subrayada?

Hay varios relatos que destacan en este compendio. Por ejemplo, el primero: El fumador de pipa (1922-1937) escrito por Nugent Barker. En este cuento el clérigo James Baxter está en una sala opaca y explica a alguien un evento terrorífico. Aquella vez cuando viendo su reflejo multiplicado por 5 en los 5 vidrieros de un ventanal, uno de ellos actuó de otra manera. Los 5 reflejos se tenían que comportar igual, hasta que uno de ellos, hace una cosa diferente. Es ese quinto reflejo, que actúa como un quinto espíritu, el que ha reemplazado, en algún momento, al antiguo clérigo James Baxter. Merece la pena leer el cuento ya que es un exponente canónico del género del cuento de suspenso y terror.

El hombre hueco (1935) también es una excelente muestra: un hombre alto, parco y enjuco llamado Gopak viene de África y llega a Londres buscando a un antiguo amigo. Lo encuentra en su local de comidas y éste, helado con esta visión, reconoce a Gopak, a quien había asesinado 15 años atrás en África. Gopak le cuenta que en África los hombres leopardo lo habían traído de nuevo al mundo de los vivos e instintivamente había venido a Londres para pedirle ayuda. Durante las 10 semanas que Gopak está junto a su antiguo verdugo, a quien el texto se refiere como “sinnombre”, la hija de éste va perdiendo la vitalidad y enfermando… finalmente, la única solución que encontraron es que sinnombre matara de nuevo a Gopak.

Una de las características principales del cuento de suspenso y terror es la manera en que los personajes mueren. La muerte es el elemento cardinal, le da curso al drama narrado, pero no necesariamente el personaje central muere, como en el último cuento de esta edición, Mirad allí arriba (1929) de h. Russell Wakefield, o en el cuento El barco que vio un fantasma (1903) de Frank Norris. De todas formas, la muerte siempre acecha o algún personaje secundario muere. El miedo como ingrediente de este género también está presente: el miedo a morir, el miedo a perder la cabeza, el miedo psicológico, el miedo a no entender la causa, el miedo a lo que está más allá del control, de la explicación y de la vista de los personajes, como lo es el miedo a los fantasmas, el miedo a lo sobrenatural.

Lo sobrenatural y lo fantástico tienen un estrecho paralelo, en ambos territorios la explicación encuentra límites y permanece lo desconocido, lo impenetrable. “Llegamos así al corazón de lo fantástico. En un mundo que es el nuestro, el que conocemos, sin diablos, sílfides ni vampiros se produce un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo familiar”. Esto dice Tzvetan Todorov. Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre: la posibilidad de vacilar entre causas naturales o sobrenaturales crea el efecto fantástico. Para profundizar en este tema, ver: La experiencia del límite humano en Edgar Allan Poe. Ciertamente, los fantasmas, lo mágico, lo sobrenatural, los extraterrestres y los infraterrestres y lo onírico hacen parte del género que se conoce como literatura fantástica.

Un ejemplo de lo anterior es el cuento Así niego a Beelzy (1940), de John Collier. Aquí, el pequeño niño Simon afirma hablar y jugar con un tal Señor Beelzy, pero éste señor en realidad no existe. Su madre y en especial su padre, Simon padre, intenta hacerle caer en cuenta que se trata de una invención y que no es sano aferrarse a este amigo imaginario. El niño sigue afirmando que se ve con el Señor Beelzy y que este le ha prometido que lo protegería y que no permitiría que nadie le hiciera daño. Simon padre, ya encolerizado decide reprender a su hijo por la fuerza. En este percance, el Señor Beelzy, defiende al niño con fatídicas consecuencias.

También el horror es un concepto que caracteriza a este género. Se habla de cuento “fantástico, de terror y horror”. Lo fantástico, como se ha explicad más arriba, el terror como el efecto del miedo, y el horror como la repulsión ante un suceso espantoso. El cuento Celos (1924) de Sir Shane Leslie trata sobre el horror en el que degenera el problema de los celos, esa pasión arrolladora. “Los celos suponen la perversión del amor” (2023: 191). En este relato el empresario John Goldenough asesina a hermano, a su hijo y a su esposa por celos. Este ejemplo claramente trae implícita una moraleja, o una reflexión moral.

El cuento que más me ha gustado de la selección de Cuentos Únicos hecho por Javier Marías es Un encuentro en la niebla (1949) de A.N.L. Munby, quien lo escribió en el campo de prisioneros de guerra en Eichstatt entre 1943 y 1945. La historia ocurre en 1879, cuando un geólogo de nombre Giles va de excursión a la montaña; estando fuera de la ruta prevista encuentra a un anciano con un perro. Éste le ofrece un viejo mapa y le indica un camino para volver. Desafortunadamente las indicaciones marcaban un camino que llevaba a un acantilado. Giles duda, encuentra otra opción y se salva de un destino fatal. Más tarde, ya en el pueblo, le indican que el mapa que le han dado es muy antiguo y que hace tiempo, en aquella montaña, vivía un ermitaño con el nombre de Madog ap Rhys que solía rondar los caminos acompañado de su perro y que ayudaba a los caminantes perdidos enseñándoles la ruta en un mapa como el que ahora traía. No obstante, Madog había muerto en 1720.

Reseña Libro Cuentos Únicos

Cuentros incluidos en Cuentos Únicos

Entre paréntesis incluyo el año en que fue publicado el cuento, según Javier Marías.

  1. El fumador de pipa (entre 1922-1937) – Martin Armstrong
  2. El anuncio – Nugent Barker
  3. La otra cama (1908) – E.F. Benson
  4. El miedo del lago (1935) – Oswell Blakeston
  5. El hombre hueco (1935) – Thomas Burke
  6. Hombre al agua (1899) – Sir Winston Churchill
  7. Así niego a Beelzy (1940) – John Collier
  8. Polly Morgan (1946) – A.E. Coppard
  9. La canción de lord Rendhall (1943) – James Denham
  10. Las cerezas (1936) – Lawrence Durrell
  11. Los bajíos (1937) – Wilfrid Ewart
  12. Cómo ocurrió (1934) – John Gawsworth
  13. El fantasma (1926) – Richard Hughes
  14. La abadía de Thurnley (1908) – Perceval Landon
  15. Celos (1924) – Shane Leslie
  16. El tríptico (1935) – E.H.W. Meyerstein
  17. Cómo se hace un hombre (1934) – Richard Middleton
  18. Un encuentro en la niebla (1949) – A.N.L. Munby
  19. El barco que vio un fantasma (1903) – Frank Norris
  20. Suena el teléfono (1936) – R. Edison Page & Kenneth Jay
  21. El anillo del fuego (1934) – Ronald Ross
  22. Mirad allí arriba (1929) – H. Russell Wakefield

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