La obra de arte desconocida de Honoré de Balzac es una novela breve muy enfocada en la pasión creativa de los pintores. Se dice en la narración que “Nada se parece más al amor que la joven pasión de un artista que comienza” (1999: 10), que comienza su carrera. Pero Balzac no solo retrata la intensidad con la que los pintores valoran la creación artística y la búsqueda de la poesía con los colores, sino que va más allá y genera una pregunta de base para el arte ¿Cuál es la misión de la pintura?: “¡La misión del arte no es copiar la naturaleza sino expresarla! ¡No eres un vil copista sino un poeta!” sentencia el gran pintor Frenhofer frente a su joven amigo (1999: 17).
Esta obra ha sido una referencia para el arte desde el siglo XIX. Su lectura me ha enseñado mucho sobre el arte moderno y desde hace años tengo este libro como una referencia. El libro que leí llegó a mi gracias a mi amigo Simón que me la dio como regalo el 15 de mayo de 2002. La lectura de este libro también fue necesaria para escribir una reseña sobre el libro de Dora Ashton, Una fábula del arte moderno, publicada en una gaceta del Fondo de Cultura Económica. {La edición que leí para hacer esta reseña fue: Balzac, Honoré de. La Obra de Arte Desconocida. Norma. Bogotá. 1999}
Reseña de la Obra de arte desconocida
La narración tiene lugar cerca del puente de Saint Michel en Paris hacia finales del año 1612, un momento aún muy previo a los volátiles cambios del arte en el siglo XIX. Los personajes principales de la novela son 4 pintores, de los cuales tres son históricos: François Porbus, Nicolas Poussin (uno de los más grandes del clasicismo del siglo XVII) y Mabuse. El cuarto y el más importante en este drama, es el anciano pintor Frenhofer, único discípulo de Mabuse.
Es Frenhofer quien critica la obra del joven Porbus por faltarle vida, por faltarle más atmósfera al lienzo, por ser sus obras pobres imitaciones. Porbus se lamenta diciendo que ha estudiado las formas a fondo pero que es imposible copiar la naturaleza. Es en ese momento cuando Frenhofer le declara una de las máximas del dos siglos después arte moderno: “¡La misión del arte no es copiar la naturaleza sino expresarla! ¡No eres un vil copista sino un poeta!”.
El dibujo no existe
Frenhofer dice que el dibujo no existe en la naturaleza, “La línea es el medio por el cual el hombre se da cuenta de la luz” (1999: 28). Una reflexión muy interesante y que antecede a las reflexiones que desde los impresionistas no han dejado de hacerse en las escuelas de pintura. Claramente, en la novela Porbus representa una postura conservadora y para él Frenhofer delira un poco con estos comentarios. Porbus entiende la pintura a partir del dibujo. Balzac demuestra conocer la historia del arte, porque el francés Poussin es uno de los más altos representantes de la pintura clasicista del siglo XVII, en la cual se dice habitualmente que predominó el dibujo sobre el color.
La Belle Noiseuse
La obra de arte desconocida es una pintura que Frenhofer lleva trabajando celosamente durante 10 años. Su objetivo es dar vida a una mujer, a su amante, a su obra máxima, la Belle Noiseuse, Catherine Lescault, la bella cortesana: “Ya está terminado… quien lo viera creería percibir una mujer acostada en un lecho de terciopelo, bajo cortinas” (1999: 43).
Para Frenhofer su obra de arte desconocida es un tesoro que guarda celosamente, no dejaría que nadie viera el cuerpo de este ser querido. Pero finalmente accede a mostrar su creación culmen, al ver la hermosura de la amante de Poussin. Quiere comparar a su bella cortesana con la Gillette de Poussin.
“Yo no veo allí más que colores confusamente amontonados y contenidos por una multitud de líneas extrañas que forman una muralla de pintura” dijo Poussin al ver la gran obra de Frenhofer… La confusión se apoderó de Poussin y de Porbus al ver esta muralla de pintura abstracta en la cual la única figura que se distinguía era un pie… pero un pie vivo! como dijo Porbus.
En otra época, en un futuro, Frenhofer hubiera sido entendido. Él decía “Veo a la hermosa Catherine Lescault”, y en el futuro le hubieran dado la razón. Pero de la manera más literal, los jóvenes pinturas dicen al maestro que no la ven, que solo ven un revoltijo de colores. La indignación es entonces inmensa en Frenhofer… lo echa de su casa y los maldice. El gran maestro, incomprendido, se quema y muere en la noche con todos sus lienzos.