Eduard Punset nos habla sobre la complejidad del cerebro, su plasticidad y la comprensión actual y científica que tenemos de la mente, principalmente la mente social, en su libro El Viaje al Poder de la Mente {El Viaje al Poder de la Mente, Eduard Punset, ediciones Destino, Barcelona, 2010. colección Booket 2011}.
Según Punset, su texto es un viaje que va desde el paleolítico hasta un futuro sofisticado en el cual usaremos fuentes de energía inagotables y limpias como el agua y el Sol. ¡Qué viaje tan pretensioso! no obstante, es interesante, tanto por las investigaciones en neurociencia y biología que expone como por otras aproximaciones científicas, aunque reduccionistas, del comportamiento humano.
Sin duda, Eduard Punset es evolucionista social y antimarxista (explico más adelante por qué). Es un autor defensor de la biología y la neurociencia como ciencias del comportamiento, en detrimento de las llamadas «ciencias blandas» como la antropología, la sociología, la historia y la filosofía. Este libro demuestra un «cientificismo» extremo, dice por ejemplo: «La conciencia sirve, ni más ni menos, para aprender a distinguir el pasado del presente y el futuro del pasado» (Pag. 120), lo cual es ¡cierto y válido! pero reducido, o reduccionista, parcial, un tanto pobre…
El libro resalta varias facultades mentales muy humanas a través de los siguientes temas, y sobre los cuales escribo esta reseña y opinión: 1. El poder de la manada o la naturaleza asociativa del Homo Sapiens, acerca de lo cual insiste en la demasiada atención puesta a la inteligencia individual en detrimento de la inteligencia social, cuando ésta última ha sido el signo distintivo en la sobreviviencia de la especie, 2. las convicciones heredadas, 3. la memoria y el aprendizaje, 4. la inteligencia intuitiva, 5. el triunfo de las cianobacterias en el planeta Tierra y la fotosíntesis, y 6. el futuro de las fuentes de energía.
El Viaje al Poder de la Mente, es crucial decirlo, está lleno de referencias a científicos de renombre (ningún «científico social», por supuesto) que validan los planteamientos de Punset. Por ejemplo, el biólogo Marc D. Hauser codirector del programa «Mente, Cerebro y Comportamiento» de la Universidad de Harvard, quien afirma que «la moral es innata y su existencia es anterior a todas las religiones» (pag 169). Me pregunto cuántos de los que empiezan a leer este libro finalmente lo terminan y cuántos lo abandonan.
1. El poder de la manada:
Punset afirma que el poder de la manada – la naturaleza social del ser humano – es EL PODER básico, principal y superior de todas las relaciones, herencias e historias humanas. Más allá del poder político y dejando de lado teorías sociales y filosofías sobre el poder (ver Foucault, por ejemplo), Punset afirma que la manada fue el primer concepto asimilado por los homínidos, incluso antes que la conciencia de uno mismo.
Punset trata de demostrar que este poder de la manada en los procesos de hominización ha determinado la esencia de las relaciones humanas… He aquí como lo afirma: «Cada grupo o tribu posee idénticas emociones básicas y universales, incluida su expresión, que son las de la especie. Pero el entorno y la cultura determinan la identidad social de pertenencia a un grupo en concreto, que se manifiesta de modo distinto. El poder de la manada – esa es la contribución esencial de este libro – resume todo el poder disponible, que yace en el entramado afectivo de la especie para sobrevivir. Al otro poder, el que dinamiza los aspectos de la identidad social diferenciada, se le ha dado una importancia exagerada» (pag. 21).
La complejidad de los cambios, por ejemplo, en la historia moderna de los sistemas legislativos o la lucha de clases, queda reducida a una suerte de «pulsión de la manada» biológica-evolucionista que determina nuestro comportamiento. Sin embargo, es crucial subrayar que lo social, la mirada al grupo, al otro, como rasgo exacerbado condiciona la humanidad de forma diferencial respecto al resto de las especies. La «inteligencia social» está en la base del meollo: «el mayor desafío de los humanos son los otros humanos… la vocación social está en la base de la capacidad cognitiva y de la supervivencia de la especie humana» (pag. 138). El mayor desafío de los humanos son los otros humanos, dice Punset, lo cual es casi obvio y casi interesante.
Comentario de Punset sobre el marxismo:
Cita textual: «El peso de la ideología marxista ha sido profundamente negativo, al recalcar los móviles explotadores y agresivos del comportamiento social basado en la lucha de clases. A las generaciones más jóvenes les hemos legado un testamento intelectual ridículo y simplista, en virtud del cual la conspiración de cuatro multinacionales y de las clases adineradas de los países ricos rige el mundo.» (pag. 144).
Que el lector lea bien atentamente esos párrafos y concluya si Punset ignora o no, si bien no una conspiración, la hegemonía de unas cuantas multinacionales y las clases adineradas en el mundo; por ejemplo en Estados Unidos, un Estado sobre el cual ha mostrado gran admiración, el 1% de la población tiene el 60% del capital. Ni qué decir de este porcentaje en todo el mundo.
2. Las convicciones heredadas:
Algo muy difícil de cambiar, es una convicción, y a veces, las convicciones son heredadas, son verdades intocables y el cerebro se resiste a transformarlas. Nos asegura Punset que existen las bases neurológicas que demuestran por qué es difícil cambiar de opinión.
Bien hace el autor en resaltar el valor de aprender a desaprender y la influencia de este ejercicio en las emociones; propone incluir una educación emocional en la sociedad que tenga en cuenta la adaptabilidad, la capacidad de cambiar de parecer, de no estancarse en convicciones. En definitiva, aboga por el principio de incertidumbre, muy propio del método científico, pero que muchos científicos que creen tener «la verdad» olvidan.
3. Memoria y aprendizaje:
Hay una clara relación entre recordar, imaginar, aprender y prever el futuro. De hecho, imaginar y recordar son entramados de conexiones cerebrales muy parecidos si no iguales. El Hipocampo es la región del cerebro directamente implicada con estas actividades y la densidad neuronal es una de sus caracterísiticas principales: «tiene la función de unir fragmentos de información almacenados en otros lugares del cerebro» (pag 81). En el hipocampo se ha investigado la «Potencialidad a Largo Plazo», uno de los mecanismos de plasticidad cerebral fundamentales para el almacenamiento de la memoria (es una hipótesis altamente aceptada).
4. La inteligencia intuitiva:
La intuición ha sido desprestigiada repetidamente por la ciencia, pero actualmente ha sido reconocida su importancia heurística! Hoy en día es posible estudiar, con mejores indicadores, los procesos cognitivos complejos, profundos e inconscientes que han escapado a las definiciones tradicionales.
Las inferencias inconscientes pueden llamarse «intuición», no son conscientes y son irracionales, es decir, no hay un proceso deductivo o inductivo. Están presentes en la vida cotidiana y son reactivas, apuestan a la más alta probabilidad de conseguir un objetivo en un momento crítico en el cual no hay tiempo para analizar posibilidades: «Si viviéramos en un mundo en el que imperara la certeza, entonces sería mejor tenerlo todo en cuenta» (página 111). El premio novel de literatura de 1911 Maurice Maeterlinck afirmó que es la intuición la que nos salva en los momentos de peligro, cuando no se puede pensar, solo actuar, cuando hay que tomar desiciones acertadas sin pensar. Punset cita al psicólogo Malcom Westcott quien ha categorizado en su estudio a los individuos como «cautelosos» (orden + certeza) o «intuitivos» (riesgo + desafío).
Punset ofrece un resumen y escencia de la publicación El Viaje al Poder de la Mente en un párrafo: «En este libro nos estamos refiriendo a los grandes descubrimientos de los que nadie habla y que, no obstante, han transformados la vida del ser humano corriente hasta niveles inimaginables. Estamos mencionando el poder de la mente porque de su conocimiento depende que pueda controlar su propia vida. Así ocurrió cuando descubrimos que no éramos el centro del Universo; que el cerebro está preparado, aunque no le guste, para cambiar de opinión; que construimos el futuro en torno al pasado; que no todos los sistemas irracionales de la mente son inválidos; que estamos preparados mentalmente para ser únicos y que tal vez en ello resida la capacidad infinita de hacernos infelices. Y, finalmente, que al cambiar todo a nuestro alrededor, incluida la estructura de la materia, difícilmente no íbamos a cambiar nosotros también.» (Pag. 253).
5. Cianobacterias, fotosíntesis y el futuro de las fuentes de energía:
Hay un doble reconocimiento importante en El Viaje al Poder de la Mente, primero, que las plantas poseen una estrategia incomparablemente efectiva de producir energía y que transformó toda la atmósfera – a través de la fotosíntesis -, y segundo, que el ser humano está en un estado de evolución en el cual es capaz de dirigir hacia dónde debe o puede ir. De la anterior pareja de ideas, el autor invita a creer en la posibilidad real de imitar, en el futuro próximo, a las plantas a la hora de aprovechar la energía del Sol y del agua, fuentes abundantísimas, limpias, sostenibles. Esta reflexión está en El Viaje al Poder de la Mente porque la fotosíntesis tiene su origen en unos microbios sin cerebro, que hace millones de años dieron origen a los cloroplastos.